La extrema derecha española (y no tan extrema), santa, beata y supuestamente cristiana, apostólica y romana, hace bueno el dicho de "a Dios rogando y con el mazo dando". Siempre tienen a Dios en la boca, especialmente cuando les conviene. Ahora bien, de las supuestas características atribuidas al buen cristiano, aquello de la misericordia, el respeto, etcétera, "adiós muy buenas". De hecho, no respetan ni siquiera a aquellos que han dedicado su vida a extender la palabra del Señor. Ya ha pasado con el Papa Francisco, aunque los ultras encuentran más fácil, más a mano y más de su estilo apalizar a Sor Lucía Caram. Ella lo tiene todo: mujer, extranjera, sensibilizada contra las injusticias e integrada en la peligrosa y 'satánica' cultura catalana. Un cóctel que les da las fuerzas necesarias para canalizar su odio visceral vía redes (y anonimato) y vomitar todo tipo de insultos, blasfemias y ataques machistas y xenófobos, que dejan su catalanofobia como una anécdota.
Sor Lucía fue una de las espectadoras del debate electoral de TV3, y osó expresar su rechazo por lo que escuchó de boca de Ignacio Garriga, único diputado catalán de VOX, y que parece hacerse el sordo ante las palabras del compañero Iván Espinosa de los Monteros. "Escuchar que el candidato de Vox pidiendo el voto termina en el debate de @tv3 diciendo "que Dios les bendiga" después de criminalizar a los inmigrantes, es una estafa, una profanación del nombre de Dios. Si ellos mandan: Que Dios nos bendiga". Vivimos en un país en el que los policías nacionales pueden expresar su ideología, pero no una monja. No sólo eso, sino que hay barra libre para lanzarle todo tipo de calificativos abyectos. Y hacerlo en nombre del santísimo. Esta es la España que propone la derecha española.
Apalear a los que no piensan como tú, despreciar y humillar a mujeres y extranjeros... e ir corriendo a misa para 'obtener' el perdón de Dios, como si fuera una vida extra en un videojuego. Sí, Lucía, que Dios nos bendiga.