El bueno de Xavier Graset ya hace unos días que presenta cada tarde La Selva en TV3. Poco a poco se va haciendo un hueco en la oferta televisiva de aquellas horas, poco a poco el público va abrazando los contenidos y la manera de hacer de su programa, y poco a poco es él quien se va adaptando también, como el público, a un nuevo formato, un nuevo plató y un nuevo horario.
A pesar de la evidente ilusión por este nuevo proyecto, no ha tenido que ser fácil para Xavier dejar un programa que le ha dado las satisfacciones mayores de su vida profesional, el Més 324 con que los catalanes cerrábamos el día de su mano (ahora conducido por Marina Romero), informativamente hablando, en este extraordinario espacio de reflexión, de conversación, de análisis. Tal como él mismo ha dicho, "a fuerza de años, de constancia, de trabajo, hemos hecho un espacio que antes no existía. Estoy contento de haber construido este espacio televisivo nuevo entre todos". Y cuando dice todos, se refiere a todos los que a su lado hicieron posible el éxito del Més 324, hayan hecho que haya sido un programa de referencia durante 9 años, que se dice pronto. Allí, en su anterior programa, Graset ha reído, de hecho, se ha descuajaringado de risa, ha llorado, se ha emocionado, ha aprendido, ha discutido y ha vivido una experiencia televisiva muy recordada tanto por él, como por los espectadores, que ha dejado momentos para la historia, como estos:
Acaba de pasar eso a casa Grasset. Maravilloso. pic.twitter.com/l4jZgjB3W4
— Txité (@Txite) September 14, 2021
Momentos maravillosos, 9 años sintiéndose el tipo más afortunado por hacer un programa como el Més 324... y por tener unos compañeros de programa y unos colaboradores que le quieren y le recuerdan... y que este viernes han querido agradecérselo en forma de una inesperada y conmovedora sorpresa. ¿Las instigadoras?: Magda Gregori (que ha ido con su hija recién nacida, Queralt), Betona Comin y Núria Orriols. Crearon un grupo de watsapp, evidentemente, sin Xavier, para hacerle una fiesta sorpresa. Un desayuno donde no se esperara encontrarse a toda la gente que formó parte del programa que tanto ama. ¿Quién le ha liado? Joan Queralt, que lo ha citado para desayunar a las 10h de la mañana en el Vivanda de Sarrià. Graset ha protestado, a aquella hora ya le gusta estar en TV3 preparando La selva, y le ha propuesto quedar antes, a las 8h o así. Pero no ha habido manera y al final ha cedido. ¿Y qué se ha encontrado al llegar a la cita? Pues a Iva Anguera, colaboradora del programa, entrando al local, cosa que le ha hecho sospechar. Sospecha que se ha confirmado con la bonita sorpresa que ha tenido al entrar por la puerta y ver a todo el mundo allí:
Colaboradores de la última época, colaboradores de toda la vida, desde los inicios, gente a la que quiere y a quien hacía tiempo que no veía, Josep Lluís Martí, Esther Vivas, Joan Rodríguez Teruel y un largo etcétera, hasta una cincuentena de amigos que han querido estar allí. Y un Graset que les ha agradecido la sorpresa, como no podía ser de otra manera... subido encima de la silla, como hacía a menudo en el Més 324, un gesto marca de la casa. Allí arriba, Xavier ha estado sembrao, divertido, haciendo cachondeo sobre él mismo, "os tengo que decir que me llueven ahora más hostias que antes, y aquellos que me decían '¡¡Haces el programa demasiado tarde y no lo puedo ver!!' son los que ahora me dicen '¡¡Es que a estas horas no miro la tele!!'", a la vez que ha estado emotivo, "agradecido por vuestro calor, vuestra estima. No lloraré, porque sé que es lo que queréis, que llore. Os tengo a todos fichados, por lo tanto, el grito de 'La selva' puede ser que os llegue". Un discurso maravilloso que vale mucho la pena oir de inicio a final:
Un Graset que a pesar de la promesa, después ha confesado a En Blau que no ha podido reprimir las lágrimas y alguna le ha caído al recibir un regalo firmado por todos:
Una sorpresa que seguro que le irá de maravilla para el espíritu y las ganas de hacer que La Selva coja velocidad de crucero. Se lo merece.
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Ojalá, dentro de nueve años, los colaboradores y compañeros de La selva le monten otro desayuno sorpresa al bueno de Graset en el Vivanda de Sarrià. Será buena señal.