'Sálvame' ha vuelto a tomar el pelo a la audiencia de forma descarada. Un fraude mayúsculo. Anunciaron una purga de tertulianos, haciéndolas pasar canutas a pesos pesados del programa. Esta es la especialidad de Jorge Javier Vázquez y compañía: "cebar, cebar, cebar". De vez en cuando, va de veras, como el documental de Rocío Carrasco. La gran mayoría de las veces, sin embargo, todo es una burda trampa para dejar a la gente enganchada al televisor. Y lo que acaba de pasar en el plató de Telecinco entra dentro de esta categoría. Ni purga, ni nada. Lo que han hecho ha sido recuperar a dos personajes bastante cutres, sin fuerza y más vistos que "el tebeo". Y han salido baratas: cobran por el precio de una. Las han llevad dentro de una jaula, tapadas con telas. Y al descubrir su identidad, disfrazadas como un ser bicéfalo, la exclamación general del público ha sido "qué estafa". Bien, y troncharse de risa con el esperpento.
Las nuevas tertulianas que "han llegado para quedarse" son Las Mellis. Unas gemelas, cantantes sin mucho éxito y examigas de Isabel Pantoja, su gran carta de entrada al universo Telecinco. Han pasado por el plató infinidad de veces, y normalmente la cosa siempre acababa igual: abroncándolas por no mojarse en aquellos temas por los cuales las habían llamado. No son de esforzarse demasiado, como demostraron en 'Supervivientes', cuándo abandonaron al unísono. Todo lo hacen juntas: también gritar muy fuerte, pelearse con Anabel Pantoja, y poner verde a la matriarca del clan, que las mandó a hacer puñetas por filtrar intimidades. La única motivación para recuperarlas es, precisamente. hablar de la tonadillera, pero que nadie espere grandes cosas de esta pareja. Los espectadores se rasgan las vestiduras y zurran a Las Mellis y al programa: "low cost, pésimas".
Las Mellis han llegado, pero de la purga no se habla: nadie ha perdido la silla ni el sueldo. Ni Kiko Matamoros, ni Gema López, ni Rafa Mora... allí siguen, meándose de risa con la competencia. Debe ser que cuando hablaban de purgar se referían a un acto fisiológico: lo que ha provocado en la audiencia del espacio. Han pasado 12 años desde que empezara a emitirse, pero hay cosas que nunca cambian. Esperamos que sea una broma y rectifiquen, que no están los espectadores para jueguecitos.