En Twitter, si quieres escribir lo que te pasa por la cabeza, tienes hasta 280 caracteres para hacerlo. A Susanna Griso le han hecho falta pocos más para retratar a las redes sociales con una contundencia que ha sorprendido a los espectadores, y que inmediatamente se ha convertido en Trending Topic en la misma red a la que le ha pintado la cara. La presentadora de Espejo público está hasta los bemoles, como diría Gabriel Rufián, de leer según qué en una red social donde hace tiempo que se abrió la veda. Con las redes, Griso tiene la permanente sensación que todo vale. Hay muchas celebrities que pasan más tiempo bloqueando haters que leyendo elogios. Uno de estos, el torero Fran Rivera.

@f.r.paquirri

El colaborador, precisamente, del programa de la Griso se siente una víctima del escarnio en la red. En su caso, probablemente a muchos tuiteros no les falte razón cuando lo critican, porque cuando acostumbra a opinar, las dice de padre y muy señor mío. Ahora Rivera lamenta que lo han vetado en la "Japan Weekend", donde han anulado la exhibición de aikido anunciada para este fin de semana durante el acontecimiento, él que es cinturón negro. ¿Motivo? Las numerosas muestras de rechazo que se han multiplicado en las redes a raíz de su presencia. El torero se siente perseguido y Griso le ha echado un capote. La periodista ha dicho en su programa que "es un ejercicio de higiene mental trabajar sin mirar las redes sociales porque al final te afectan. El universo reducido de las redes sociales son borrachuzos a las tres de la madrugada que te acaban afectando".

Pam. Si cualquier comentario ya es susceptible de ser analizado con lupa en las redes sociales, imaginen qué pasa si la crítica es, precisamente, hacia las mismas redes sociales. Twitter ha implosionado. Alud de comentarios sobre los términos escogidos por la presentadora, 'borrachuzos a las tres de la madrugada'. Y a plena luz del día. Una definición con la que no pocos coinciden. No hay que ser muy espabilado para ser consciente de las virtudes de la red, pero también, que a menudo se convierte en un lodazal. La misma Griso, después del eco que estaban cogiendo sus palabras, ha querido matizarlas.

Ya veremos si servirán para apaciguar los ánimos o no.