Una vieja gloria vuelve con fuerza al ruedo del cotilleo. Hablamos de Anabel Pantoja, que acaba de anunciar que está embarazada de 4 meses. Ha sido a golpe de exclusiva en una revista del corazón, cobrando unos dineritos que siempre son bienvenidos. No le faltan, sin embargo, a la sobrina de la cantante Isabel Pantoja: gana una fortuna en las redes sociales, y además es colaboradora estrella del fracasado 'TardeAR' en Telecinco. Anabel se ha montado un buen negocio. Y la llegada de un bebé con su pareja, quien ha sido acusado recientemente de infidelidades, supone una nueva vía de explotación económica que aprovechará y de lo lindo.
Esta información es de dominio público, y resulta difícil pensar que alguien como la presentadora catalana Susanna Griso sea ajena. En 'Espejo Público' la crónica rosa tiene un peso importante, especialmente reforzado con los fichajes de ex de 'Sálvame y Ana Rosa Quintana. Un trasvase desde Telecinco para salvamizar 'EP'. Por lo tanto, ya saben de qué va el negocio. Sin embargo, Griso se ha hecho la que no tiene ni idea de la identidad y las circunstancias de la sobrinísima. Como si ella estuviera a otro nivel, evidentemente superior. El comentario que ha soltado es hiriente y humillante. De alguna manera, impropio de ella: no es habitual esta virulencia disfrazada de ingenuidad.
Atención a la manera de despachar a Anabel por parte de la conductora del espacio, hace pupa: "No sé que oficio ni beneficio tiene, más allá de las revistas". En teoría quería que la ilustraran sobre estas vías de ingreso antes mencionadas, y que sabe cualquier lector de una revista del corazón. Pero por mucho menos Anabel se ha levantado de un plató y ha empezado a llorar. No podrá hacerlo en esta ocasión, porque el ataque llega de la competencia. Puede ser que así se entienda mejor la cosa: Griso no hace prisioneros, hay que rematar la Telecinco de Ana Rosa Quintana. Y la vía más fácil es dejar por los suelos a una de las estrellas de su circo, que hace semanas que ha puesto el cartel de liquidación.
Quintana está dejando caer que lo deja, que todo es muy difícil y que lo que quiere es marcharse a la franja matinal... o a casa. La están empujando, ciertamente, con la lluvia de programas encargados a Jorge Javier Vázquez, el enemigo a quien no puede derrotar, comiéndole horas de emisión. La presentadora tendrá que sacar la cara por la Pantoja, porque el corporativismo manda, pero atención a un detalle: también le tiró de la oreja a Anabel en privado, porque escondió la información a fin de que no le estropearan la exclusiva. "Muy disgustados, le han reprochado que no contara nada, se han enterado por terceras personas", dice La Razón. A la Pantoja se le ha visto el plumero, y Quintana es muy larga. Vaya sándwich, Anabel. Griso y Ana Rosa. No lo sabe, pero se está moviendo en arenas movedizas. Todavía volverá a 'Ni que fuéramos shhhh'. Allí sufría, pero también la querían.