Susanna Griso ha sido noticia esta semana al recibir la medalla de Honor de la ciudad de Barcelona. La alcaldesa, Ada Colau, ha decidido premiarla a ella y a la actriz Rosa Maria Sardà y ha provocado todo un terremoto, generando un montón de críticas. Ahora bien, la presentadora ha hecho caso omiso de la polémica y ha seguido disfrutando de las vacaciones, ha aprovechado el solecito para ir a la playa con su familia.

Este verano está siendo muy especial para la catalana, ya que es el primero que pasa en compañía de su hija. Una niña que, después de un larguísimo proceso de adopción, ya se encuentra con ella desde el pasado mes de abril. Griso volvió de la Costa de Marfil con una gran sonrisa, enamoradísima de la pequeña.

La expectación mediática que se ha generado en torno a este tema ha sido muy intensa, lamentando ahora Susanna que le estén persiguiendo de esta manera: "Yo no sé si es por la edad -me ha pillado con 48 años- o porque es una niña adoptada. Pero se ha creado una expectación que para mí ha sido muy difícil de llevar. Desde que se filtró la noticia tengo paparazzi en la puerta, ofertas millonarias por la exclusiva, 20 fotógrafos desde el día que llegué... Eso me genera muchísima angustia porque yo siempre he sabido lidiar con las cuestiones personales y siempre se me ha respetado el ámbito familiar".

Una crítica que hace en una entrevista en la revista Fashion &Arts de La Vanguardia, comentando cómo están siendo estos primeros dos meses con la hija. Ahora bien, el primero que hay que destacar es que aprovecha la conversación para dar un gran titular, revelando su extraño nombre: "Se llama Dorcette, pero el día de mañana no sé... porque es un nombre complicado para la gente. Ahora no se lo quiero cambiar porque es su mochila. Pero si ella se lo quiere cambiar en un futuro, que lo haga."

El proceso de adoptar a un bebé siempre es muy complicado, llegando Griso al extremo de rezar para que todo fuera bien: "Pedí que la incorporación no fuera muy difícil, porque no sabía con qué me encontraría, no le había conocido previamente. Fue una experiencia muy fuerte, ir a buscar a tu hija sin haber visto nada más que tres fotos. La recoges un lunes y ese mismo día ya duerme contigo".

El miedo no la echó para atrás, por eso, ya que siempre había querido adoptar: "Toda la vida he creído que tenía que adoptar, porque siempre he pensado que había alguien esperándome y yo esperándola a ella. Para mí es un acto de amor y lo vivo así, como una gran historia de amor".

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Un cambio que ha llegado en un año muy intenso para Griso, "a todos los niveles". ¿Uno de los aspectos más duros? Catalunya: "El tema catalán ha estado personalmente muy duro. Nunca he sido independentista, siempre me he sentido de todas partes y de ninguna al mismo tiempo. He visto la mutación del nacionalismo hacia el independentismo, que me ha resultado muy llamativa. Lo he respetado muchísimo, pero en determinados momentos me ha molestado y me ha enfadado, incluso, la frivolidad con la que se ha gestionado todo".

Que su marido sea independentista hace que muchos se pregunten cómo lo gestionan, ¿se pelean por eso? "Nuestras posiciones son muy diferentes y a mí lo que me sorprende es que la gente no lo pueda entender. Las ideas políticas nunca han sido un problema en nuestra relación de pareja".

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Una entrevista bien completa que ha dejado unos cuantos titulares y que ha mostrado a la Susanna Griso más maternal y sincera.