Susanna Griso es, aparte de una de las presentadoras más conocidas del país, referente de los matinales donde cada mañana se disputa la audiencia con Ana Rosa Quintana y Alfonso Arús, una persona muy celosa de su vida privada. Una vida donde lo más importante son las personas que más adora del mundo, sus tres hijos, Mireia, Jan y Dorcette, y el joven Koudous, a quien la periodista y una de sus hermanas acogen. Se los quiere con locura, son, evidentemente, su vida, su motor y las personas que más feliz la hacen. Griso es toda una madraza orgullosa y ella y su ex Carles Torras pueden estar orgullosos de cómo están creciendo sus hijos y los valores que demuestran tener.
Normalmente la presentadora catalana no es demasiado amiga, por no decir nada, de mostrar imágenes de ella al lado de alguno de sus hijos. Para ella, su privacidad, o la privacidad de los suyos, es básica. A veces ha compartido alguna imagen en redes, pero lo más habitual es que no lo haga. Aunque no ha podido evitar que los paparazzis mostraran imágenes, por ejemplo, de su hijo Jan y su hija Mireia, ahora que son mayores de edad, él tiene 20 y ella 19. Siempre lejos de las revistas del corazón, nunca, ni cuando Griso y Torras eran pareja, no han vendido la típica exclusiva estampa familiar con fotos de los cinco. Pero por las calles de Madrid algunas veces han sido objeto de las cámaras de los fotógrafos. Así, vimos a la presentadora de Antena 3 con Jan, o el digital Jaleos retratando por primera vez a madre e hija paseando por la capital española, donde pudimos comprobar que es más alta la hija que la madre y que tienen una semejanza más que evidente:
A Susanna no le gusta que le hagan fotos (y se publiquen) de sus hijos. Por mucho dinero que le ofrezcan. Pero esta negativa ha hecho que a veces, algún medio le haya dicho algunas palabras con un cierto tono de ya te espabilarás que no ha gustado nada a la presentadora. Ni a ella ni a sus compañeros de programa. Indignación por lo que ha explicado ella misma sobre lo que le dijeron no hace mucho: "Decliné cuantiosas ofertas, que yo jamás he querido lucrarme con mi vida personal y mucho menos con la de mis hijos. Me dijeron: 'Mira, no cobrando consigues dos cosas, que te saquemos y te saquemos peor, porque te vamos a hacer una foto a traición, y no te va a gustar. De la otra manera, haces un posado". Además, lamenta que "te lo venden diciendo: 'Esto es una inversión para el futuro, para tu hija, para la universidad, o para una ONG". Los colaboradores alucinan y tiran de sarcasmo: "Qué bonito, ¿eh? 'Filantropía'. Es que es el colmo. Es una grosería". Griso, sin embargo, confiesa que le han generado "un dilema moral... mi hermano está trabajando con los bomberos y va a Nepal y me dice: 'Es que la cantidad que te han ofrecido me paga 20 años de colegios que estamos reconstruyendo en Nepal. Y en ese momento te lo llegas a cuestionar":