El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se ha tomado un café con Susanna Griso la mañana del viernes 19 de octubre, antes de tomar otro, por la tarde, con Oriol Junqueras. El político, que tendrá hoy un vis a vis con el líder de ERC en la prisión de Lledoners, ha reclamado que no se utilice a los presos políticos como arma política, respondiendo así a las demandas de los partidos independentistas que han reclamado un cambio en la situación de los presos políticos si quieren su apoyo a los presupuestos.
Así se lo ha dejado ver a Susanna Griso mientras tomaban 'Un café con Susanna', en Espejo público en Antena3: "Yo no puedo ir a la prisión a hablar de justicia con Junqueras, tenemos que hablar de política, de qué Catalunya queremos construir juntos. Sería bueno para España que el diálogo sustituya la excepcionalidad", ha asegurado. Una entrevista que a muchos espectadores derechosos ha hecho que se les cortara la leche del desayuno. A su parecer, querían ver sangre, y han visto un masaje. Querían ver al líder de Podemos contra las cuerdas y han visto como incluso se emocionaba con las palabras de la presentadora catalana.
Lo que ha sulfurado más a un determinado tipo de espectadores ha sido que Griso se interesara por los hijos de Pablo Iglesias e Irene Montero ("Hemos vivido el nacimiento de los mellizos como si fueran de nuestra propia familia") y que no acosara a Iglesias a la hora de hablar de la escolta policial que tendrán 24 horas al día. Unos comentarios despectivos que en algún caso han sobrepasado líneas rojas, "elogiando" el feeling que ha habido entre entrevistadora y entrevistado o utilizando argumentos tan desfasados y retrógrados como la menopausia para hablar de su trabajo:
Probablemente muchos de estos espectadores no han llevado bien ver a alguien de Podemos en el programa, acostumbrados a ver a Rivera o a alguien de Cs día sí, día también, en Espejo público.