España acaba de descubrir que su amadísima policía les trata igual que a los peligrosos demonios 'indepes'. Qué disgusto. Qué sorpresa. Son los mismos agentes que convirtieron en héroes por la unidad de la patria, a quienes cantan eso del "a por ellos" y que se hacen fotos con manifestantes españolistas en Barcelona, los que se han dedicado a repartir 'orden' y galletas contra agricultores extremeños que protestaban en Don Benito por la precariedad del sector y los precios irrisorios que los pagan por sus productos. Las imágenes hablan solas. Y, desgraciadamente, en Catalunya son muy familiares.
El estado español y sus fuerzas de seguridad, frente al espejo. Lo que allí han visto les ha estremecido. La sacrosanta policía zurrando a trabajadores y compatriotas que reclaman justicia. Vaya. Muy extraño todo, ¿verdad? Pues quizás no tanto, al menos para determinados ciudadanos que también tienen DNI, pero que son considerados como el enemigo. Cuando les toca recibir a ellos, todos aplauden. Si lo hacen con españoles, no se lo pueden creer. Hummm. Misterios. En todo caso, la retahíla de reacciones del tipo "te lo dije" es generalizado, además de españolistas que se hacen las víctimas. Y uno de los más acertados ha sido el gallego Suso de Toro, que denunció los excesos contra los catalanes de la misma forma que lo hace ahora con los agricultores de Extremadura, y que también lo haría con gente de Castilla, Murcia o de Tombuctú.
Se lo tomaban a cachondeo cuando eran los catalanes y animaban la represión policial. Ahora les ha tocado recibir a los extremeños. La cola será larga. ¿Quién será el siguiente?