El 12 de marzo de 1981, hace cuarenta años, un grupo que algunos considerarían intelectuales, pero que cuando los ves y los escuchas parecen más bien cromañones, impulsaron lo que se conoció como Manifiesto de los 2.300. Entre ellos, Federico Jiménez Losantos, Benjamín Oltra o Amando de Miguel. Publicaron un texto que llevaba por nombre Por la igualdad de derechos lingüísticos en Cataluña y denunciaban discriminaciones de la lengua castellana en Cataluña. ¿Les suena? Un disco rayado que hace tiempo que suena y que 40 años después, continúa igual por parte de gente que debe vivir en una Catalunya imaginaria.
Ha pasado el tiempo, pero la basura entre las élites intelectuales españolas permanece. Después de cuatro décadas, aquella queja en forma de escrito se reanuda ahora por otra encabezada, tal como publica el diario El País, por el filósofo Fernando Savater y el escritor Mario Vargas Llosa, el capitán España, el defensor de la causa patriótica y azote del independentismo. Un premio Nobel de literatura que quizás también lo merecería en estupidez humana. Alguien que ha verbalizado, y se ha quedado tan ancho, que "Gracias a la Hispanidad varios cientos de millones de latinoamericanos podemos entendernos porque nuestro idioma es el español. Qué terrible hubiera sido que todavía siguiéramos divididos e incomunicados por miles de dialectos " o "El español, idioma universal, está hoy disminuido, silenciado, preterido ante lenguas locales que hablan minorías".
El hombre que debe tener tatuado en la nalga derecha, siempre la derecha, la frase "El castellano está en peligro", rubrica un manifiesto que suscriben 500 intelectuales más contra el independentismo. Entre los firmantes del escrito, presentado este viernes, aparte de ellos dos y los impulsores de 1981, se ha sumado lo mejor de cada casa: Rosa Díez, Cayetana Álvarez de Toledo, Luis Alberto de Cuenca, Rafael Arias-Salgado, Félix de Azúa o Fernando Sánchez Dragó. La créme de la créme. Según explica el citado medio, el documento del 2021 pretende "recoger el mismo espíritu que impulsó el de los ochenta y hace hincapié en la defensa de la lengua castellana frente a la 'normalización del uso' del catalán". Hablar catalán en Catalunya. Sacrilegio.
El texto reivindica la lengua española y también habla en clave política y social: "Esta situación ha llevado a la división, la inseguridad, la decadencia económica y a un retroceso social que empieza a afectar a una mayoría de catalanes. En Cataluña se están atropellando derechos constitucionales, tanto lingüísticos como cívicos, en numerosos espacios y de diversas formas". ¿Cómo acaba la carta a los reyes? Con un "Defender España es defender el bien común", con tufo de rancio. ¿Y quien ha respondido a Vargas Llosa y compañía? El gran Suso de Toro.
El escritor gallego que vive en Santiago de Compostela y denuncia las injusticias de esta España que desprecia y penaliza la diferencia, y tertuliano ocasional en el Tot es mou de TV3, ha hundido a los firmantes e intelectuales con una sola frase. Dos preguntas: "¿¿¿Otra vez??!!! ¿Y sois quinientos aún"?; una certeza: "Con la cancha que os dan, deberíais sumar más..."; y una reflexión final lapidaria y cargada de sarcasmo: "Queridos, me parece que sois unos intelectuales muy poco convincentes".
Maravilloso. Si hubiera un manifiesto en favor de Suso de Toro y sus respuestas a los intelectuales reaccionarios que campan por España, seríamos muchos los que firmaríamos.