La venganza es un plato que se sirve frío; y un año y siete meses es más que suficiente para que el menú esté congelado. Este es el tiempo que lleva esperando Tamara Carrasco para que la justicia poética colocara a Albert Rivera en su sitio, que está muy alejado de la escena política.

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GTRES

El 10 de abril del 2018, la Guardia Civil detuvo a Tamara en Viladecans. La acusaban de terrorismo. En un primer momento, la activista de los CDR fue encarcelada en Madrid. Después, un juez decidió liberarla. Pero sólo a medias: Carrasco ha estado confinada en su pueblo hasta mayo de este año, cuando la acusación por terrorismo cayó. Cosas de la vida, cuando la policía española la detuvo, el unionismo salió en tromba a señalarla. En cambio cuando se confirmó la evidencia de que no era una terrorista, ni una palabra. Entre los exaltados que se apresuraron a criminalizarla, el líder caído de Ciudadanos, Albert Rivera: "la que está jodida es ella", escribía entonces con sorna.

EFE

Unas palabras que Tamara se ha guardado hasta ahora. La derrota electoral de la formación naranja se ha llevado por delante a Albert Rivera, que ha dimitido como presidente del partido y ha anunciado que se retira de la política. Y Carrasco le recuerda que esto es obra del "karma", la creencia de los hinduistas y los budistas que dice que todo vuelve:

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Donde las dan las toman.