Desde que Tamara Falcó e Íñigo Onieva se convirtieron en marido y mujer en una ostentosa ceremonia en julio de 2023, la pareja ha tratado de proyectar una imagen de estabilidad y felicidad. Sin embargo, detrás de las sonrisas y los posados idílicos, la realidad familiar es mucho más sombría: la relación entre Isabel Preysler e Íñigo Onieva se ha deteriorado de forma alarmante, al punto de que la socialité se siente desplazada en la vida de su hija. La tensión ha llegado a un nivel tal que Tamara e Íñigo pasan cada vez más tiempo con Carolina Molas, la madre del empresario, relegando a Isabel a un segundo plano. La situación ha generado un verdadero cisma familiar, en el que la Preysler ve cómo su influencia sobre Tamara se diluye a pasos agigantados.

Isabel Preysler y Carolina Molas: una guerra fría entre suegras

El distanciamiento entre madre e hija no es casualidad. Desde el principio, Isabel ha visto con desconfianza el matrimonio de Tamara con Onieva, a quien nunca ha terminado de perdonar por su escandaloso pasado de infidelidades. La Preysler, acostumbrada a manejar las relaciones a su antojo, ha intentado marcar distancia con el empresario y su familia, lo que ha provocado una respuesta igual de contundente por parte de Carolina Molas.

Por su parte, la madre de Íñigo ha tejido una relación cada vez más cálida con Tamara, ofreciéndole apoyo incondicional y alejándola, de manera indirecta, de la Preysler. En su círculo cercano, Carolina no oculta su malestar por la actitud de Isabel y ha dejado claro que no permitirá que su hijo sea tratado con desprecio. La situación se ha convertido en un tira y afloja, donde cada suegra busca influir en la marquesa de Griñón, con resultados que favorecen a Molas.

Crisis en el matrimonio de Tamara Falcó: rumores y desconfianza

Mientras Tamara intenta sortear las complicadas situaciones con su familia política, Íñigo Onieva se encuentra en medio de la controversia. El empresario ha tenido que enfrentar no solo la desconfianza de su suegra, sino también los constantes rumores sobre una posible crisis en su matrimonio. Aunque ambos han tratado de proyectar una imagen de unidad, la presión familiar está afectando su relación.

Según fuentes cercanas, las reuniones familiares se han convertido en un campo de batalla silencioso, donde la madre de Tamara lanza comentarios velados sobre su desconfianza hacia su yerno, tratando de abrirle los ojos a su hija y hacerle ver que está siendo engañada por un hombre que no la respeta. Esta actitud ha causado un gran malestar en la pareja, que ha decidido limitar los encuentros con Isabel y buscar apoyo en la familia de Onieva

De hecho, se dice que Tamara Falcó ha encontrado en Carolina Molas una confidente y un apoyo emocional, lo que ha provocado que la Preysler se sienta cada vez más relegada. La socialité, acostumbrada a ser el centro de atención en la vida de su hija, ahora ve cómo esa posición privilegiada se tambalea. El panorama no parece mejorar, y el distanciamiento entre madre e hija podría agudizarse aún más si Isabel sigue sin aceptar la presencia de Íñigo en la familia. Mientras tanto, Tamara sigue disfrutando de la cercanía de su suegra, alejándose, quizá para siempre, de Isabel Preysler.