Tamara Falcó no sabe si reír o llorar. El día más importante empieza fatal, los fantasmas del pasado están haciéndole una visitita de última hora. No se podía saber que Íñigo Onieva siempre puede encontrar el momento más adecuado para liarla y estropear la boda-negocio del siglo en la jet-set española. El madrileño, nervioso como una mala cosa durante la famosa preboda en el hotel Ritz, solo se soltó cuando perdió de vista a la hija de la Preysler. Sí, así es. La expresión corporal era de pura inseguridad, también de incomodidad y fastidio. Despachó a la novia a las 23:30 h con un beso para la prensa, la metió en el coche... y todo cambió. Era feliz. Libre. Y peligroso.
Las prebodas lo son, que le pregunten a Ernst de Hannover y Carolina de Mónaco la víspera de la boda real de Felipe y Letizia. Pilló una turca guapa guapa y fue baja en el enlace, para vergüenza de su entonces esposa. El alemán, sin embargo, no era el que pasaba por el altar ese día. Onieva sí. No podemos afirmar que estuviera en las mismas condiciones que el príncipe germano, pero el programa 'Socialité' de Telecinco si afirma lo siguiente: "Fue el último en salir y se fue contento". De un contento hidratado. Y bailongo: quitaron el flamenquito y empezó a sonar el "chumba-chumba, la música electrónica que le gusta", aseguran los reporteros. Eso pasa por no ofrecerles ni una botellita de agua.
Íñigo Onieva despacha a Tamara Falcó y se va de fiesta tras la preboda
A pesar de la estampa del beso y de la sonrisa permanente de Tamara durante la fiesta, había tensión entre ellos. Han llegado con la lengua fuera a la meta y heridas abiertas. Algunas antiguas, otras más recientes. Íñigo iba medio encogido, temeroso, serio y arisco. Pero liberarse del control y el paripé de la que será su mujer por, como mucho, "un año y medio" según Carmen Lomana, lo animó a una última juerga. De aquellas que tiene prohibidas por la parienta, que lo ha alejado del pecado. Onieva volvió a la fiesta y la cerró. Los empleados del hotel echaban la persiana a la 1 de la madrugada, pero Íñigo y los suyos no se iban. Seguían en el jardín, copa en mano, preparando el siguiente paso: taxi y a la disco.
Alarma Tamara Falcó, el novio desaparecido
Una reportera afirma que oyeron al hermano de Onieva organizando una flota de vehículos para aquellos que alargaban el jaleo, entre ellos el homenajeado. La mejor idea, llegar con resaca a la gran boda mediática, con todos los ojos clavados en el cogote, en fin. Si ayer estaba incómodo, hoy será el horror. Bueno, eso sí que es que aparece a las 19:00 h a la cita. De momento nadie sabe dónde está, alarma en casa Falcó. Pasan las horas y sigue missing. Lo están buscando, ya se han imprimido los carteles como esos del Far West, "vivo o muerto, recompensa." Es broma: ya lo buscará la policía nacional.
Aleluya, ya lo han encontrado, fiesta en casa
Última hora, ha aparecido. Está en su casa y con compañía. Un repartidor de comida a domicilio salía de allá a las 15:00 h, y decía que había mucha gente y música a buen volumen. Antes, una joven había subido bebidas. La fiesta sigue allí a 4 horas del gran momento.
Qué guasa que tiene Íñigo. Hasta el último momento jugando al límite. Mis dieses.