En la familia Onieva hay dos estrellas rutilantes de reputación antagónicas: una está sin trabajo pero estrena flamante marquesado consorte de Griñón al haberse casado con Tamara Falcó en la boda del año. La otra es actriz, tiene éxito en su profesión, su vida no es un escándalo permanente y, además, es una heroína. La heroína bombera precisamente de la boda y braguetazo de su hermano. Alejandra e Íñigo, Íñigo y Alejandra. Vaya par, el yin y el yang. La intérprete salvó al cura Josep Lluís, enviado por su familia, de una tragedia. La llama de una vela prendía fuego a su casulla y ella, al detectar el peligro, actuó. Unos manotazos al sacerdote y hale, venga. Vivan los novios y vamos de fiesta, que es tarde. Una fiesta en la que Íñigo hizo de Íñigo y volvió a cerrar la discoteca. Así estaba esta mañana, hecho una chapuza.
Íñigo hace muchas horas que sufre de los nervios, de situaciones incómodas, de multitudes, de postureo... y de fiesta, copas y música. La preboda todos sabemos cómo fue; las horas previas al enlace también fueron movidas y el remate de madrugada ha hecho estragos en un animal nocturno con pedigrí como él. Ha subido y bajado tres veces el Tourmalet, ahora tiene un llano más o menos plácido con un brunch en el hotel Ritz, dónde empezó todo el viernes por la noche. El encuentro de este domingo, más casual pero arreglao, claro, ha tenido un fuerte seguimiento de la prensa del corazón. Vaya, como todo el resto del circo. La aglomeración de reporteros y cámaras ha provocado un pequeño incidente. Alguien ha perdido la paciencia y ha acabado a empujones.
Alejandra Onieva, la cuñada salvadora de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva
La cuñada de Tamara, la salvadora Alejandra Onieva, ella misma. No se dejen llevar por los clichés. Alejandra tiene carácter, y lo ha ido enseñando durante los últimos tres días. Al margen de actuar como extintor humano, se ha saltado las normas estrictas sobre la publicación de contenidos que sobrevolaba el enlace. Horas antes del "sí, quiero", subía esta fotografía que revelaba su look y quién la acompañaría. Ella, como hermano del novio, no tenía que pasar por el cribado de "solo parejas casadas", que ha provocado malestar al grupo del novio. Se plantó así de guapísima con Jon Kortajarena del brazo, con una mirada desafiante. A saber el porqué.
La actriz, a empujones para acceder al hotel Ritz, donde se celebra el final de la boda
Total, que esta versión de Alejandra es la que mejor explica qué ha pasado a la entrada de la subsede de la gran boda, el Ritz. Con un vestido azul muy ajustado y el pelo recogido en una coleta, era la primera que se presentaba en el establecimiento, justo después de la reaparición de los protagonistas en público como marido y mujer. Cuando se acerca se produce un pequeño tumulto, parece que no la dejan avanzar y el portero no colabora. Hay empujones, miradas matadoras, tensión. El empleado pasa su mano por el hombro de la invitada, pero no la puede parar, ella va a la suya y entrará como se llama Alejandra y ha hecho 'El secreto de Puente Viejo'. Y lo consigue. Frunciendo el ceño y flipando, pero lo hace.
Ya sabemos quién es el bueno y quién el malo de la película. Ha nacido una estrella.