La boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva se celebrará el próximo 8 de julio en la finca El Rincón, propiedad de la hija de Isabel Preysler. 450 invitados verán el desenlace de una historia de amor absolutamente surrealista, de aquellas que no hay por dónde cogerlas. Lo único que tienen en común es que los dos son muy pijos, pero incluso así la novia no tiene nada que ver con su futuro marido: la marquesa gana por goleada. Sin embargo se han empeñado en pasar por el altar... y pasar por alto las costumbres milenarias de Onieva: la juerga y las amigas especiales. Le puso los cuernos de manera pública y notoria, pero lo ha perdonado. Love wins. El amor, la oración y, por qué no decirlo, el negocio. El bodorrio es también una manera de facturar: la Falcó ha vendido la exclusiva por 1.000.000€, una auténtica fortuna. Pero quiere más. Y los invitados pagarán la fiesta.
Hace semanas la revista Semana destripaba un detalle significativo del enlace: la lista de bodas. La encargaron en un establecimiento especializado, y el catálogo de obsequios llama la atención por sus precios desorbitados. Qué regalar a gente que lo tiene todo es complicado, sí, pero siempre hay nuevas necesidades. Por ejemplo decorar el ático de lujo comprado por Tamara, diseñado por el arquitecto de los famosos Joaquín Torres y actualmente en fase de reformas sin haberse estrenado, de locos. Vitrinas de 5.500€, lámparas de 1.200, candelabros de 700, una bandeja para servir el té con pastas de 650... Un atraco, pero vaya, que entra dentro del marco mental y económico de los protagonistas, de los que dice la leyenda que una vez fueron al IKEA y acabaron llorando de la impresión.
Los invitados de la boda de Tamara, obligados a pagar sí o sí
Los afortunados que disfrutarán de un menú de campanillas del chef Eneko Atxa, pero que tendrán que hacer sus necesidades en urinarios portátiles dignos del Viñarock, ya saben qué tienen que hacer para contentar a los contrayentes: pasar por caja. La lista tiene truco: Tamara y Onieva pueden pedir que les reintegren el 50% del total en metálico y dejarse de pongos y demás. Eso para todos aquellos que escojan uno de los 4.500 artículos en oferta en la web, porque gracias a 'El Programa de Ana Rosa' ahora sabemos que hay una opción B. Y es humillante. Si quieres estar el gran día, toca pagar entrada. Sí o sí. Como si fueras al cine, al fútbol o a un concierto de Bruce Springsteen, siempre que no seas como Victoria Federica, claro, que va a todo por la cara. El bodorrio tiene un precio, y si no te rascas el bolsillo te quedas fuera.
150€, el pago mínimo por barba para formar parte de la boda del año
La reportera del corazón Leticia Requejo ha accedido a la invitación del enlace. Se trata de una modalidad virtual enviada a través de un link de Whatsapp al que se accede con contraseña. Cosas de la modernidad. Parece bastante útil para ofrecer consejos y recomendaciones a los asistentes: compras de última hora, peluqueros, maquillaje, hoteles... y lo más importante, el regalo. Nadie se escapa. Adjuntan la mencionada lista de bodas, donde destaca el apartado "regalo ficticio". ¿Qué es? Pues poner, como mínimo, 150€ al fondo común por cada invitado. No es una cantidad excesiva, todo lo contrario, se parece al de muchas bodas vulgaris. Y además la comida, la fiesta, la pre-fiesta y el after son de Champions. Pero que ellos pidan pasta parece de mal gusto. Exquisito mal gusto. Un clásico, por otra parte.
El negocio del amor, siempre tan lucrativo en Villa Meona.