Dos semanas y un día. La cuenta atrás ha entrado en una fase seria, empezamos a creer en el milagro. Sí, somos de los que pensábamos que Tamara Falcó e Íñigo Onieva nunca acabarían pasando por el altar, que esta nueva oportunidad acabaría en fiasco. Por mucho que los miramos y los remiramos, no hacen buena pareja. Los que les separa es más fuerte que lo que los une, básicamente una sospecha: que el madrileño volverá ser infiel a la hija de Isabel Preysler. Ha sido un animal nocturno y un conquistador empedernido, y la versión 2.0 casta y beata no se la tragan ni los más cafeteros. Pero he aquí que estamos cerca del 8 de julio y a pesar de todo lo que ha pasado en este serial, la boda continúa adelante. Hay razones poderosas
Una no es cuantificable, es la vergüenza de tener que cancelar el bodorrio porque te la han vuelto a jugar. Piensen en las caras, los comentarios y los titulares si a Onieva se le va la olla y la deja tirada con su carísimo y sudadísimo vestido de Carolina Herrera. También hay otro motivo que se resume en una cifra: más de un millón de euros, a repartirse a pachas. Es el precio pactado por los especiales que '¡Hola!' dedicará a los personajes, en la que saldrá todo quisqui que esté en la lista final de invitados en la Finca el Rincón. Todos menos un VIP muy VIP que ya ha bajado del carro, es oficial. Llega del lado de la novia y es sintomático.
Enrique Iglesias, de despedir del trabajo a Íñigo Onieva a declinar asistir a la boda de Tamara Falcó
La Falcó ha invitado a todo el clan Preysler: Chábeli irá, Ana Boyer también. El veterano Julio Iglesias parece que no. Quedan los hermanos: uno de ellos le ha dicho que tampoco le guarden cubierto en el banquete, que se queda en su casa. Pueden ser solo dos, o Julio José o Enrique Iglesias. Ambos coinciden en que son cantantes y que no les gusta su futuro cuñado. El primero ya rajó de él por ponerle los cuernos a Tamara, y el segundo no hizo nada para evitar que lo despidieran del trabajo. Sin embargo gestionan de manera diferente su rechazo. Julio ya ha confirmado que asistirá acompañado de su nueva pareja, es el más frívolo y sabrá hacer el papelón y pasárselo bien. El segundo lo que ha confirmado, sin embargo, es que no cuenten con él. Lo explica Sandra Aladro, periodista de Ana Rosa Quintana y de la agencia fotográfica GTRES.
Las razones de Enrique: fobia, no lo soporta
Enrique ha ofrecido esta explicación de manera oficial: no se trata de ningún compromiso laboral, concierto o grabación. Lo que sufre es "fobia a las reuniones sociales, no ha ido a ninguna boda, nunca va a actos sociales en los que tenga que estar sentado en una mesa con 15 personas durante tres horas". Muy fino. "No va a nada que no sea íntimo o familiar porque no lo soporta, le produce mucha incomodidad". Los malpensados podrían decir que quizás no considera a Íñigo como de la familia. No así Tamara, que "lo sabe de siempre, porque por eso no ha ido a otras bodas ni otras cosas, a ella no le importa, cuenta con su cariño y otras cosas". De soñar con que cantara en la boda a ver cómo te devuelven la invitación. En toda la cara.
El Universo sigue hablando, Tamara. Bueno, en este caso canta. Alerta