Las tensiones del matrimonio empiezan a aflorar entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva. 6 meses de casados, y ya están así. Pero claro, su relación ha sido tan intensa y conflictiva que parece que lleven 4 décadas juntos... y que estén el uno hasta la coronilla del otro. Desde hace algunas semanas solo se habla desencuentros entre los marqueses. La propia Falcó lo reconoció durante una de sus apariciones en 'El Hormiguero' de Pablo Motos. "En mi cabeza yo soy jueza y decido qué está bien y qué está mal. Dicto sentencia. Siempre o bastantes veces, tengo razón. Me atrevería a decir que un 98% de las veces", dijo con suficiencia y superioridad. 

Las fiestas de Navidad tampoco fueron exactamente en paz. A Onieva no le apetecía nada de nada el viaje a Miami para pasar aquellos días tan señalados con el clan Preysler en casa de Chábeli Iglesias. Prefería quedarse en Madrid, cerca de su familia. Cosa que provocó un ataque de risa a Tamara, del tipo 'sigue soñando'. Primero va ella, después su clan VIP, y ya si sobra un poco de tiempo, pues ea, que pase la familia política. Sin molestar demasiado, a ser posible. El clima entre ellos no fue nada bueno: el vuelo a los EE.UU. lo hicieron separados: ella en business y Onieva en turista, con la niñera de Ana Boyer. Sin hablarse. Viva el amor, claro que sí. Después Falcó lo quiso compensar, acortando la estancia en Florida y aterrizando en Gstaad para practicar esquí en la meca de los pijos. Un caramelito para ocultar el sabor amarga de su amor, o lo que sea eso.

Íñigo y Tamara / GTRES

Ya saben que las actividades más habituales del matrimonio son los viajes, los hoteles de 5 estrellas y los restaurantes VIP con bodega de categoría. Esta pareja no come en casa desde que tenían 12 años, vaya ritmo. Luego claro, se tienen que someter a carisísimos tratamientos para perder peso e intentar recuperar la forma. No piensen, sin embargo, que estas comidas y cenas de campanillas están exentas de las dinámicas menos amorosas de la pareja: aquí también hay trifulcas, broncas públicas y un mal rollo que no pasa desapercibido para el resto de mortales. Y es eso lo que destapa el programa 'En todas las salsas' de Mediaset: una pelea en público en las postrimerías de una cena en un local del barrio de Salamanca. Los marqueses pusieron el show, el espectáculo, con una discusión que no acabó bien.

"Gestos, malas caras y aspavientos," explican los periodistas del corazón de este formato, gracias a la filtración de un comensal que contemplaba la escena a pocos metros de allí. Estaban ya en la sobremesa, "en el cachondeo", cuando del buen rollo se pasó a un estado de tensión incontenible. Tanto es así que se levantaron de la mesa y se marcharon separados, cada uno por su lado. El primero, Onieva, directo a coger un taxi y desaparecer de la escena. Falcó se refugió en las dos amigas que la acompañaban. Siempre con un séquito de incondicionales y palmeros, riéndole las gracias y dándole golpecitos en la espalda. "A la gente le llamó la atención" el numerito, sobre todo porque 'los pijos también se cabrean'. Y mucho. La olla a presión empieza a silbar. Alerta, que peta.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva / GTRES