El 20 de marzo de 2020, la vida de la familia Falcó cambió para siempre con el fallecimiento de Carlos Falcó, marqués de Griñón, a los 83 años. Fue una de las primeras figuras públicas en sucumbir al coronavirus, dejando tras de sí un vasto legado de cultura, tradición y amor por el vino que parecía pender de un hilo tras su partida. Es por este motivo que, en su lecho de muerte, hizo una petición especial a sus hijos: preservar su patrimonio y continuar con su visión. Ahora, cinco años después, Tamara Falcó y su hermano Manolo han demostrado que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para cumplir su palabra.

Uno de los mayores desafíos que enfrentan los herederos del marqués es la restauración de El Rincón, un imponente palacio del siglo XIX ubicado en Aldea del Fresno, Comunidad de Madrid. Este emblemático lugar no solo alberga recuerdos familiares, sino que también ha sido testigo de grandes momentos históricos, desde las cacerías de Alfonso XIII hasta su uso como hospital durante la Guerra Civil.

Sin embargo, con el paso del tiempo, el palacio comenzó a deteriorarse y, al ser considerado Bien de Interés Cultural, cualquier restauración debe pasar por estrictos controles. A pesar de los obstáculos burocráticos y económicos, la familia ha conseguido la aprobación de la Comunidad para iniciar las reformas necesarias. Aunque los detalles del proyecto se mantienen en reserva, se sabe que la familia ha constituido la empresa Palacio El Rincón Estates para gestionar esta iniciativa. Según declaraciones de Tamara, el proceso ha sido complicado, pero el compromiso de su hermano Manolo ha sido clave para sacar adelante la rehabilitación de esta joya arquitectónica.

Las bodegas Marqués de Griñón: un imperio tambaleante

Otro de los pilares del legado de Carlos Falcó es la prestigiosa bodega Marqués de Griñón, conocida mundialmente por sus vinos de alta calidad. Situada en la finca Quinta Casa de Vacas, esta empresa ha sido durante décadas un referente en la industria vinícola. No obstante, en los últimos años ha enfrentado serias dificultades tras la entrada en concurso de acreedores de su socio, Marqués de la Concordia, quien posee el 50% del capital de la compañía.

La situación financiera ha puesto en jaque la estabilidad del negocio, pero Manolo Falcó, con su experiencia en la banca de inversión, ha asegurado que la bodega tiene futuro y que harán todo lo posible para mantenerla a flote. La familia se ha mantenido firme en su intención de conservar el control de la empresa y continuar con la visión de su padre, quien fue pionero en la modernización del sector vitivinícola en España.

Una lucha contra el tiempo y la adversidad

El camino para mantener vivo el sueño del marqués no ha sido fácil. Además de los retos económicos y legales, los costos de mantenimiento del patrimonio familiar son astronómicos. Para generar ingresos, la familia ha optado por alquilar El Rincón como locación para producciones audiovisuales, incluyendo series de éxito como La Promesa y Berlín. Esta estrategia ha sido crucial para mitigar las pérdidas, que en 2023 ascendieron a 71.000 euros. A cinco años de la partida de Carlos Falcó, su legado sigue en pie gracias a la determinación de sus hijos. El Rincón y las bodegas Marqués de Griñón son más que simples propiedades; representan la pasión, el esfuerzo y la historia de un hombre que nunca dejó de soñar en grande.