La de Tamara Falcó e Íñigo Onieva será la boda del año para la prensa del corazón y la jet-set española. El próximo 8 de julio, si es que antes el novio no la lía, la pareja más pija del sistema solar se convertirá en marido y mujer en el palacio El Rincón. Una propiedad de la marquesa de Griñón que se está cayendo a trozos, literalmente, y que no consiguen vender de ninguna de las maneras. El precio y el estado de la finca asustan: 7 millones por un edificio ruinoso, donde solo funciona uno de los lavabos. Celebrar allí el bodorrio parece una estrategia para atraer a interesados en adquirirla y hacer caja: más teniendo en cuenta que la hija de la Preysler tendrá que gastarse un dinerito acondicionando algunas de las estancies, que serán de uso exclusivo del futuro matrimonio y de los familiares más directos... y con más rango. El resto, una carpa, unos urinarios portátiles y hale. Suerte que tienen de formar parte de la lista de VIPS que les acompañarán en una fecha tan señalada.

Todavía no se conocen los nombres de los escogidos, aunque sí se ha filtrado una condición sine qua non impuesta por Onieva. Parece una astracanada y una provocación por parte del tarambana Íñigo: solo invitarán a gente prometida o casada; solteros, solteras, relaciones en pecado o romances incipientes han sido excluidos de la fiesta. Que el novio marque esta línea tiene bemoles, quizás quiere evitar tentaciones... y que se cuele alguna invitada con la que tuvo más que cordialidad, como aquella mujer del festival techno en los EE.UU. Que estén emparejados y bien emparejados, sin embargo, no será la única característica de los invitados. Hay otra que ya nos la podíamos imaginar: que estén podridos de dinero. Solo ellos podrán hacer frente a la lista de bodas prohibitiva que ya han encargado en una tienda de Madrid.

El palacio El Rincón de Tamara Falcó / GTRES

Destripan la lista de bodas de Tamara e Íñigo, precios de locos

La revista 'Semana' destripa el contenido de los obsequios escogidos por Tamara y el Íñigo. Lujo asiático, pero no del bazar chino. La mayoría son objetos para el hogar del futuro matrimonio, como se hacía antiguamente. Ellos son antiguos, claro. Apunten: maletines, muebles-bar, elementos de iluminación o incluso una manta muy cuqui para hacer castas manitas mientras ven una película romántica o la repetición de 'El Hormiguero'. La sensación de los mimos bajo esta manta en concreto debe ser indescriptible, entras en éxtasis al instante. Sobre todo cuando miras la etiqueta del precio: casi 800 euros. Sí, claro, es de cashmere refinadísimo, pero casi que sale más a cuenta regalarles la cabra y que se la fabriquen ellos. Vaya atraco. Jarrones de 600 euros, lámparas de techo de 1.200, candelabros de 700, una mesa de comedor de 2.100, una bandeja de 650... La cosa es tan surrealista que incluyen un domino de 250 euros. Los desplumarán.

Isabel Preysler y Tamara Falcó / @tamara_falco

La jugada maestra de Tamara: que le devuelvan el 50% del total en cash

La joya de la corona es un aparador de 5.500€. Debe haber bofetadas para zafarse de este marrón, por muy ricos que sean los invitados. Tampoco está mal un soporte para botellas de vino de 2.500, la broma saldrá carísima. Sí, una broma|: perdonen que seamos repetitivos, pero no olviden que después de hacer la transferencia por este regalo, los novios te enviarán a hacer tus necesidades a la intemperie en un inodoro químico con aroma desagradable y humedad bajo las suelas de los zapatos. Sea como sea, esta selección es solo una parte de los 4.500 artículos que componen el catálogo que ofrece la tienda, pero vaya, que se hacen una idea. Ahora bien, si alguien decide regalar, por ejemplo, la famosa vitrina de precio prohibitivo, eso no querrá decir que el mueble acabe en el hogar de la Falcó. No, porque te pueden hacer la 13-14 y hacer que el establecimiento les devuelva la mitad del montante final en dinero, directo a su cuenta corriente. Win-win.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva / GTRES

Tamara no se ha hecho rica regalando dinero, claro que no. Su método es muy diferente.