Tamara Falcó e Íñigo Onieva celebraron su primer aniversario de bodas el pasado mes de julio, un hito que muchos pensaron que nunca llegaría tras los turbulentos episodios de infidelidad que casi terminaron con su relación. Sin embargo, a pesar de la fachada de pareja perfecta que Tamara e Íñigo han proyectado en redes sociales, fuentes cercanas aseguran que no todo es tan idílico como parece. A un año de casados, la sombra de la desconfianza aún ronda a la pareja, y Tamara no está dispuesta a dejar nada al azar. Según se ha revelado, la marquesa de Griñón ha organizado un elaborado sistema de vigilancia para tener a Íñigo bajo control, y no es cualquier equipo el encargado de la misión: sus propios amigos y amigas son los ojos que lo siguen a todas partes.
Amigos al acecho: La red de espionaje de Tamara Falcó
Esta red de vigilancia parece haber sido activada como una respuesta directa a los deslices del pasado de Íñigo. Aunque en público Tamara lo defiende y asegura que ha pasado página, las acciones hablan más fuerte que las palabras. Es claro que la herida aún no ha sanado completamente y, mientras tanto, Íñigo Onieva no da un paso sin que alguien del círculo cercano de Tamara lo sepa.
Las amigas de Tamara, que han visto de cerca los altibajos de esta relación, han decidido tomar cartas en el asunto para proteger a su amiga. Según una fuente que ha preferido mantenerse en el anonimato, este grupo de "vigilantes" está comprometido a no permitir que Íñigo vuelva a las andadas. Y aunque, de momento, no se han detectado comportamientos sospechosos, el grupo sigue en alerta máxima. La desconfianza es tal que, incluso, algunas amigas han llegado a decir que "rezan" para que Íñigo cometa otro desliz y así recuperar a la Tamara que conocen y aman. "Él es un egoísta, está cieguísima", comenta una amiga cercana. "Sube muchas fotitos a Instagram pero ella no es feliz”, agregó.
Íñigo Onieva: Bajo la lupa y en el punto de mira
Mientras tanto, Íñigo Onieva parece estar soportando una presión enorme. No solo tiene que lidiar con los constantes rumores y el escrutinio público, sino también con la vigilancia continua de los amigos y amigas de su esposa. “Todo su entorno cuando se reconcilió estaban con un poco de miedo”, explicó Susana Griso, periodista y colaboradora de Espejo Público. Para Íñigo, cualquier paso en falso podría significar el fin de su relación con la hija de Isabel Preysler.
Algunos expertos en relaciones opinan que vivir bajo una lupa constante no es sostenible para ninguna pareja. "Si eres amiga de Tamara, lo que quieres es su felicidad", comenta Griso, presentadora de Espejo Público. "Tener una relación así tiene que ser muy complicado, porque estás permanentemente fiscalizado”, sentenció. A pesar de todo, Tamara Falcó parece convencida de que este es el único camino para mantener a Íñigo en línea y evitar repetir los errores del pasado.
El tiempo dirá si esta estrategia de vigilancia extrema dará resultados o si, por el contrario, terminará por desgastar aún más la relación. Lo que está claro es que, en el mundo de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, no hay margen para errores, y con un grupo de amigos actuando como detectives privados, el margen de maniobra para Íñigo es prácticamente nulo.