Cada vez lo tenemos más claro: a Tamara Falcó le importa todo un rábano. Y no nos extraña, la verdad: vive en otro planeta, el de la frivolidad. Y lo que es peor: la aplauden. La hija de Isabel Preysler es la celebrity 'pija' por antonomasia, la reina más 'oshhhea' del momento. Una estrella de tal calibre que ni siquiera Victoria Federica, que sí tiene sangre real en las venas, le puede hacer sombra. Parece que todo lo que hace es perfecto, ideal, el paradigma de la clase y la elegancia. Hay quien incluso la considera juiciosa y un modelo a seguir. La realidad, sin embargo, es bien diferente. Y como diría su "padrastro" Julio Iglesias, "y lo sabes".
Los ejemplos más recientes que demuestran que Falcó no mola nada han llegado vía fotográfica. Primero con aquella demostración de mal gusto en una escena navideña en la que destacaba una montaña descomunal de regalos de lujo. Después, hace tan solo unos días con la pillada de Google Maps, que la retrató con su nóvio Íñigo Onieva tomando un café mientras la sirvienta esperaba en la puerta con los perros. Y como que no hay dos sin tres, estrenamos la semana con una nueva polémica a raíz de una instantánea de fiesta que ha compartido en su cuenta de Instagram.
Tamara ha reconducido su vida desde que apareciera la figura de Íñigo Onieva. Ha pasado de querer ser monja y dedicar su vida a la religión a quemar la noche de juerga. Una mutación derivada de la afición y actividad profesional principal de su pareja, al que muchos conocían en la capital de España como un terremoto de la fiesta. Tanto es así que incluso ha puesto en marcha el local de moda entre los VIPS muy VIPS de Madrid, un garito que se llama 'Lula Club' y que venden como el nuevo 'Studio 54': esperamos que no reproduzca punto por punto lo que pasaba en aquel club de Nueva York, porque su leyenda es oscurísima. Sea como sea, Falcó se deja caer cada vez más por la disco de su chico. Y lo hace de forma irresponsable, impúdica y nada empática.
Exacto: ni ella, ni Íñigo, ni la tercera persona que los acompaña (la hermana de Onieva) llevan mascarilla ni mantienen ninguna distancia de seguridad, aunque los indicadores de la covid estén a niveles exagerados. Que sí, que Madrid es 'libertaz', pero restregar su falta de preocupación resulta penoso. Sobre todo para una persona que perdió a su padre Carlos Falcó, marqués de Griñón, víctima del coronavirus en el mes de marzo de 2020. Ahora bien, no nos sorprende demasiado, porque Tamara hizo gala de sabelotodo de bazar de 'todo a cien' en una intervención inclasificable (una más) en 'El Hormiguero', con un discurso sobre las vacunas escalofriante. El resumen era que ella sólo se vacunaría con Pfizer por ser "americana. Si me quieren poner Astrazeneca, ciao, pescao. No me quiero vacunar cono ella porque deseo que me aseguren que la vacuna que me van a poner se segura". Cocinera, celebrity y epidemióloga, lo tiene todo. El caso es que la ponen a parir en redes, claro, tras de verla exhibirse tan contenta y feliz.
- @por_para: Deberías NO poner estas fotos por respeto a los q están con covid , a los q lo están pasando ( algunos muy muy mal ) ... os da todo igual ! q si os habéis hecho pruebas , q si el PCR , q si lo he pasado ??? ...etc A ver q opina un buen médico de estas publicaciones ...! Os deberían retirar toda las marcas q anunciáis !
- @09drakis: ¿Era usted de las que salía a aplaudir a los sanitarios? ¿Sabe, usted, que aún están en las trincheras?
- @peluqueriavenus2000: Qué poco cuidado con el covid. Si te vas de fiesta por lo menos no lo publiques
- @ester_mapa: En Madrid no hay covid, supongo
- @sarams1973: ¡Hay gente que lo está pasando muy mal simplemente por los contagios de los demás!
- @vanitylenceria: Esta foto no es de recibo por muchas muchas razones que no voy a enumerar
- @mpenafie: Foto que representa la irresponsabilidad, que pena
No crean que las críticas le harán daño. Vivir en el mundo de la gominola tiene estas cosas.