El Universo envía señales que Tamara Falcó se ha obstinado en desobedecer. "No te cases, no te cases", le repite día tras día. Pero no hace caso. La boda con Íñigo Onieva tiene una maldición encima que no la levanta ni la Bruja Lola. Desde que anunciara su compromiso las desgracias son constantes. Cuernos públicos, la ruptura de su madre con tito Mario, gastroenteritis, esguinces, filtraciones, traiciones de amigos de toda la vida... Ella, como el junco, se dobla pero resiste a los embates. Se casará por lo civil o lo criminal: después... a saber. Lo que no sabe, a estas alturas, es como lo hará. Si con vestido de boda o chándal de Escada. Seguro que no será con el diseño que había encargado a una marca de Bilbao, Sophie et Voilà. La han mandado a hacer gárgaras a través de un burofax, hartas de su clienta VIP.

El golpe ha cogido totalmente fuera de juego a Tamara. Jarabe de realidad y en vena. Será muy importante en el mundo de las socialités, pero ni toda la publicidad compensa cuando te tratan de manera nada profesional y extremadamente caprichosa. La firma nupcial rompió unilateralmente la relación contractual al sentirse menospreciadas: "Nuestra ética empresarial nos impide traspasar ciertos límites que pondrían en peligro la autoría original del diseño". Quería que copiaran un traje que tiene entre ceja y ceja, cosa que no estaban dispuestas a realizar. Ya habían preparado hasta dos versiones del encargo, todas ellas rechazadas, y la insistencia de Tamara ha roto la cuerda. A hacer puñetas. Un "no" como una catedral a menos de dos meses para el gran día que ha caído como un puñetazo en los morros de la marquesa.

Tamara Falcó / GTRES

Tamara y Onieva activan el modo venganza contra la firma que la ha dejado sin vestido de novia

Es evidente que en el diccionario de Tamara el "no" tiene una particularidad: solo lo puede decir ella, está vetado para los demás porque yo lo valgo. El universo Falcó ha colapsado con la decisión de las modistas, que sufrirán las consecuencias: ya hay en marcha una campaña de desprestigio de la que Ínigo Onieva se ha erigido en portavoz: "Se ha llevado un disgusto, no se puede comunicar de esta manera. Una pena, ella apostaba por vestir Marca España. Tamara es una tía importante con exigencias, hay marcas que pueden llegar y otras que no". ¿Hace daño, eh, Iñi? Pero no es la única reacción de Tamara, que ha activado el modo venganza. Su teléfono echa humo: quiere empapelar a la marca vasca, sus abogados se lanzarán a la yugular. A Dios rogando y con el mazo dando...

Íñigo Onieva / GTRES

Traición patriótica en marcha, la marca España a hacer puñetas

No son las únicas llamadas de emergencia de la socialité, también ha contactado con más firmas de moda nupcial para solucionarle el caos. Empresas extranjeras, no españolas. Ni su amigo Juan Avellaneda, ni Pronovias, nada. Traición, vaya, de una españolista cinco estrellas. Su idea, y la que ha provocado el divorcio con las vascas, eran imitar un vestido expuesto en la MET de Nueva York, según parece uno de la Casa Chanel. Sea esta maison u otra, lo que ya es seguro es que no estrenará ninguna pieza original, tendrá que ponerse un vestido tuneado para la ocasión. Como si llevara un coche de segunda mano. Qué oprobio para ella, autoproclamada reina de la moda. Una cura de humildad que siempre va bien.

Íñigo Onieva y Tamara Falcó / GTRES

Tami, coja y sin vestido. Ahora solo falta que se quede sin novio en el altar, cosa que no nos sorprendería.