Íñigo Onieva es el marido de Tamara Falcó a ojos de Dios, de la Iglesia y de la humanidad, pero eso no quiere decir que su familia política lo respete. De hecho, no lo soportan. Está manchado de manera indeleble por la infidelidad a la marquesa de Griñón, con el agravante de la mentira sostenida durante unos cuantos días. Una deslealtad que se hacía pública justo al anunciar su compromiso de boda. La tormenta perfecta. Los más próximos a la socialité le hicieron una cruz que arrastrará para siempre. Algunos lo han manifestado sin problemas: por ejemplo, su hermano Julió José Iglesias. Sin embargo, reculó meses después, consciente de que su hermana necesitaba una mano. El que no ha movido ningún músculo para perdonarlo, sin embargo, ha sido el otro hermano Iglesias, el más VIP: el cantante Enrique. Con el marido de la Kournikova, Íñigo la lleva clara.
Que la relación está muerta y enterrada es un hecho: Iglesias no intercedió por Onieva cuando lo despidieron del trabajo, un grupo de restauración VIP del que son socios Rafa Nadal, Pau Gasol, Enrique y famosos del estilo. Lo dejó caer. Una vez pasada la tormenta y con el bodorrio a punto de celebrarse, la segunda bofetada: declinaba la invitación, supuestamente por motivos de agorafobia y alergia a actos con más de 3 personas. Tamara, que algún momento del camino llegó a especular con la posibilidad de que Iglesias cantara en la boda, se quedó con un palmo de narices. El tipo más famoso de la lista le decía "no". Se enfadó, sí. Pero después se le pasó la mala leche. Seguramente porque entendía los motivos.
No hace ni un año del famoso enlace de los marqueses en la Finca el Rincón, pero volvemos a tener noticias de Enrique y, por lo visto, se ha inspirado en Íñigo para relanzar su carrera musical, en estado comatoso desde hace tiempo. Acaba de lanzar 'Fría', un tema con el cubano Yotuel, marido de Beatriz Luengo. La calidad musical de la pieza es justita, la letra tampoco es la de un rapsoda de primera línea. Ahora bien, si iba con segundas intenciones, rectificamos y gritaremos hasta desgañitarnos que Enrique es un genio. Lo ha matado de estrofa en estrofa: "Quizás fui yo el que se fue de fiesta tarde y no llegó, pero no estuve con nadie, juro por Dios. Que me tentaron muchas veces, pero no, ay, pero no. Baby, confía-fía-fía-fía, solo salí por una fría-fría-fría-fría-fría, tus amigas te mentían-ían-ían-ían. Yo sé que tú te habías pensado, que yo era un descarado, metieron un gol y me rompieron la camisa, qué dolor. Nos abrazamos y por eso es el olor, no andaba en nada, chica, para, por favor". Podría ser el epitafio de Onieva, bien conocido por cerrar discotecas y romper corazones. Olé tú.
Que la canción apesta a Onieva por todos los lados es tan evidente que Tamara ha hablado del tema en 'El Hormiguero'. Lo ridículo sería no hacerlo y tratar de ocultar la evidencia. Unas palabras que seguramente no han caído bien a su marido, que este viernes despachaba las preguntas de la prensa al respecto de manera arisca y un poco molesta. Sabe que es el hazmerreír. Iglesias la ha clavado. Hit.