Tamara Falcó e íñigo Onieva están unidos por dos pasiones, la religión y la gastronomía. La lealtad no es el punto fuerte del marido de la marquesa, pero una afición que comparten es la de cenar fuera, y probar todo tipo de restaurantes deluxe en cada viaje. Para gastar y comer escoge increíblemente bien, y, claro está, no puede tener mejor compañera que la ganadora de MasterChef Celebrity, quien también tiene que estar al día de todas las novedades culinarias. La pasión del joven empresario es tan grande que no le quedó más remedio que convertirlo en un oficio. Era hora que empezara a trabajar, y por eso creó Casa Salesas, su propio local de moda, bistro bar, coctelería, restaurante... Según Onieva, el 'place to be' de toda la pijolandia de la capital madrileña. Veremos si es verdad.

Íñigo Onieva GTRES
Íñigo Onieva durante la inauguración de su restaurante /GTRES
Casa Salesas, restaurando Íñigo Onieva / Europa Press
Casa Salesas, el restaurante de Íñigo Onieva / Europa Press
Isabel Preysler, Íñigo Onieva y Tamara Falcó GTRES
Isabel Preysler, Íñigo Onieva y Tamara Falcó, los tres juntos a la gran abertura / GTRES

Los días antes de la gran apertura, ya vemos que el local estaba lleno de buenas reseñas, escritas por él y su entorno. Todo muy idílico. Pero cuando Casa Salesas abrió las puertas al verdadero público empezaron a salir todos los trapos sucios del local. La calle de los vecinos llena de basura y los clientes disgustados con el precio y el producto... Íñigo Onieva entraba en el mundo de la hostelería por la puerta grande, haciendo el ridículo. A pesar de estos desastres en los cuales se ha visto rodeado, el joven contó con el apoyo de su suegra, Isabel Preysler, quien deslumbraba a toda la prensa y los asistentes con su imagen extremadamente estirada y plastificada durante la gran apertura. Presumía de yerno e hija en una relación que parecía que estuviera a punto de dar sus frutos, pero no, ya se ha encargado la misma Tamara Falcó de desmentirlo. Cuando empieza a charlar a diestro y siniestro, no para, y más si le das una entrevista. Todo el mundo sabe que cuando Tamara abre la boca, no puede evitar meter la pata.

Tamara Falcó abroncada en Íñigo Antena 3
Tamara Falcó en alguna de las centenares pifias que ha dicho durante la tertulia de El Hormiguero / Antena 3
Tamara Falcó e Iñigo Onieva / Instagram
Tamara Falcó e Iñigo Onieva en uno de los millares restaurantes que han visitado / Instagram

Íñigo Onieva ya le advirtió que no hacía falta que hablara públicamente de los regalos que les habían hecho para su boda, la marquesa daba más detalles de los que hacían falta. Y ahora, en una entrevista con Vanity Fair, ha vuelto a meter la pata, dando su opinión sobre Casa Salesas. La intención estaba ahí, ella quería vender el local de la mejor forma, pero con la respuesta ha dejado bien claro que la calidad del restaurante es... dudosa. "Es un concepto para estar relajado, comer rico y pasar un buen rato. No es un tres estrellas Michelin. Aquí te puedes venir por la mañana con tu ordenador, luego cenar con amigos, la carta tiene unos precios muy razonables… No es como cuando vas a un gastronómico que es mucho más caro y hay amigos que quizá no quieren ir a ese tipo de locales." Su opinión sobre el precio es cuestionable, ya que gran parte de las reseñas aseguran que los precios son altísimos, ahora bien, ella no debe pagar ni un céntimo, por lo tanto, ni lo nota.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva restaurante / Instagram
Tamara Falcó e Íñigo Onieva en otro restaurante Michelín / Instagram

Después de haberse quedado a cenar, ya ha confirmado que no se trata de un restaurante estrellas Michelín, es decir, que no le llega ni a la suela del zapato en todos los gastronómicos que tanto visitan y tanto admira. "Íñigo se muere por los restaurantes gastronómicos y a veces le tengo que cortar porque cuando vas el viernes por la noche a uno, el sábado a mediodía a otro y por la noche a otro, al final le digo: “Oye, vamos a parar porque me encuentro mal” Cuando se trata de viajar y de vivir la buena vida, escogen las mejores opciones, pero cuando se trata de trabajar... crear un buen restaurante da pereza. Cuesta sudor y esfuerzo e Íñigo Onieva no tiene tanta voluntad.