Después de todo el estrés y los nervios que vivieron previo al enlace, con cambios de fecha o el robo de las joyas de la boda en plena autopista, entre otros percances, Tamara Falcó e Íñigo Onieva se dieron el “sí, quiero”. Y para celebrar que todo había tenido un final feliz, han pasado un verano sin descanso.
Días después del enlace, la pareja disfrutó de una envidiable luna de miel. Estuvieron de viaje por África para contemplar la fauna salvaje y compartir atardeceres románticos. Un viaje del que pudimos ver algunas imágenes en las redes sociales, donde aparecían mostrando la complicidad que tienen y la belleza de los lugares que visitaron en Sudáfrica y Zambia, como Ciudad del Cabo y las cataratas Victoria.
Verano sin descanso para Tamara Falcó e Íñigo Onieva
La cosa no terminó ahí. La pareja regresó a España y poco después hicieron otro viaje. Esta vez a París. "París es siempre una buena idea", escribió Tamara Falcó en una publicación en la que se la ve desayunando en albornoz en la terraza de un lujoso hotel en el centro de la ciudad.
Por si fuera poco, posteriormente estuvieron en Sotogrande, la famosa urbanización de lujo en Cádiz, donde se reunieron con amigos cercanos y familiares para disfrutar de días de playa.
Ahora, tras un verano movido, la pareja se prepara para iniciar su vida en Madrid, específicamente a un ático que Tamara posee en el exclusivo barrio de Puerta de Hierro desde 2020. Allí compartirán vecindario con algunos VIPS de la alta sociedad madrileña.
Problemas en el paraíso
Pero, aunque pueda parecer un cuento de hadas desde fuera, al parecer, no todo es tan idílico puertas adentro. Se dice que Tamara frecuentemente es asaltada por recuerdos amargos relacionados con los meses previos a la boda, especialmente cuando se hicieron públicas imágenes de Íñigo Onieva besando a otra mujer. Estos pensamientos han estado atormentando a la Marquesa de Griñón.
Y es que Íñigo continúa saliendo con amigos cuando le apetece, lo que genera un "sentimiento de desconfianza" en Tamara. A pesar de que parece estar comportándose correctamente ahora, los celos latentes desde el verano pasado son difíciles de erradicar. En definitiva, la historia de Tamara Falcó e Íñigo Onieva sigue teniendo sus altibajos, a pesar de los momentos románticos y las escapadas de ensueño.