Tamara Falcó vive en un cuento de hadas que no acaba de funcionar. La vida le daba muchas señales para que no se casara con Íñigo Onieva, pero no hubo manera. A pesar de ponerles los cuernos de forma pública, protagonizar polémicas de todo tipo, no recibir la aprobación de Isabel Preysler, ella quiso pasar por el altar, ser marido y mujer y formar a una familia. Sin embargo, parece que este último paso se haya convertido en un camino complicado. Tamara es cristiana apostólica y románica, y, por este motivo, quiere seguir con la tradición y tener hijos. Ser madre es la cuestión que más le preguntan diariamente, y por mucho que lo intente ocultar, y esquivar, la última escapada de la pareja escondía un motivo especial, una visita clave a su nuevo método de fe: la ciencia.
La maternidad puede ser un completo dolor de cabeza lleno de prejuicios y presión social, en especial para Tamara Falcó, que juega con muchos factores en contra, como por ejemplo el reloj maternal. La hija de la Preysley tiene 42 años, una edad que genéticamente acostumbra a ser menos fértil. Ella, además, rezaba para que la criatura llegara de forma natural, con la pasión y el amor de su matrimonio con Íñigo, el propietario de Casa Salesas tiene 35 años y le lleva un poco más de ventaja, pero no debe ser suficiente. De momento no hay bebé a bordo, a pesar de los diversos 'selfies' en el espejo donde nos retroalimentaban los rumores maternales. De hecho, la misma Tamara explicaba a la prensa que rezaba cada día para poder quedarse embarazada, además de visitar y asistir a Fertilitas, un centro donde se estaba tratando de hacía 4 meses donde se aplicaba una medicina reproductiva no invasiva, ahora habría cambiado totalmente su rumbo.
La prensa rosa pillaba al matrimonio por el aeropuerto de Barcelona, andaban rápidamente y en silencio, haciendo ver que se escondían entre los flash de las cámaras que los enfocaban. Pero ya ha salido a la luz el verdadero motivo de su visita a la ciudad catalana. Lorena Vázquez lo explicaba en exclusiva para el programa Y Ahora Sonsoles, resulta que el matrimonio habría visitado a una de las mejores clínicas de Barcelona para continuar con su proceso de fertilidad."Un centro especializado, de los más punteros en españa para ayudar a futuros padres. Tamara Falcó y Íñigo hicieron todo lo posible para no ser captados por los periodistas" pasar desapercibidos no es su punto fuerte, y mucho menos a la hora de guardar secretos.
"No sabemos en qué momento se encuentra el proceso, pero lo que sí sabemos que han depositado su confianza en uno de los centros con más avances tecnológicos del país" apuntaba la periodista catalana. Parece, pues, que el primer proceso de fertilidad no habría sido del todo efectivo para el matrimonio, y ahora estarían probando en otro centro de fertilidad, a ver si esta vez, a la segunda, va la vencida. Una noticia que debe alegrar a Isabel Preysley, quien debe estar pletórica para recibir a otro nieto. Así lo soltaba en la prensa cuando Ana Boyer dio a luz a su tercer hijo. Isabel Preysler asentía a la cámara cuando le preguntaban si era el turno de Tamara Falcó.
Íñigo Onieva y Tamara Falcó están preparados para dar un paso más, ahora queda que la ciencia haga de su parte.