Tamara Falcó y su prometido Íñigo Onieva están a 4 meses de casarse... y a 2 minutos de volver a separarse. Los pijos favoritos de la prensa rosa pretenden sellar su particular amor el próximo mes de julio, culminando una reconciliación digna de una magnífica ópera bufa. El madrileño ha tenido que expiar sus pecados de la carne para recuperar a la hija de la angustiada y rencorosa Isabel Preysler, pero la oración y el recogimiento no están teniendo los efectos deseados. La paz le ha durado muy poco. Cada día lo vemos más crispado, descontrolado y fuera de sí.
Tam e Iñi están preparando el bodorrio a conciencia. Habrá ceremonia religiosa con el cura de confianza de la marquesa, y después fiesta y convite en la destartalada Finca El Rincón, que se está cayendo a trozos. Ya conocemos algunos detalles del acontecimiento, como que la lista de bodas es solo para bolsillos llenos de billetes, o que aquel que tenga que satisfacer sus necesidades fisiológicas tendrá que hacer una excursión a un Polyclean, un inodoro químico portátil. Da igual que sea de Porcelanosa, que el hedor será el mismo. Classy. Es posible que Onieva tenga algo que ver en la elección de este equipamiento, los conoce bastante bien. Ha estado en muchos festivales de parranda, es un experto.
Tamara molesta: excesivo protagonismo de Ínigo en la preparación del bodorrio
Parece que este apartado no es el único en el que el novio está llevando la voz cantante. Tamara reconoció la pasada noche en 'El Hormiguero' que Onieva está teniendo un protagonismo excesivo en todas las decisiones. Incluso demasiado protagonismo, la Falcó empieza a estar molesta. "Me fastidia que Íñigo decide todo, todo". Solo se salva el color del vestido de boda y porque no lo ha visto, claro. La hiperactividad e hipermotivación de Íñigo, sin embargo, no le está haciendo nada de bien. Lo está desestabilizando. Ha pasado de parecer un pequeño cordero indefenso durante el proceso de reconquista al pitufo gruñón, maleducado y desagradable que hemos visto recientemente en plena calle. Las víctimas de su ira, la prensa del corazón. La misma que cubrirá de oro al futuro matrimonio con la exclusiva. Están haciendo de poli bueno y poli malo: mientras Falcó los trata con guante de seda y sonrisa profidén, el tipo saca fuego por la boca. Es una bomba de relojería.
Onieva descontrolado, cada vez más agresivo y sobrado con la prensa
Este comportamiento que Falcó haría bien de corregir por lo que pueda pasar se está acentuando de forma notable a medida que pasan las horas. Anoche, justo después de que acabara la participación de Tamara en el programa de Antena 3, una reportera de agencia pillaba a Íñigo sacando el perro a la calle para hacer pipí. La presencia de las cámaras le molestaba y estallaba con una prepotencia atrevida. Absurdo a la máxima expresión: "¿Podéis dejar de molestar? ¡Que no son horas, iros a casa! ¡Apaga esa luz, por favor, que es un incordio, está todo el mundo por aquí, por favor, apagar eso que es un coñazo!" Mira que nos dedicamos a la profesión y tal, pero nunca habíamos oído hablar de la prohibición de trabajar a las 12 de la noche. Se ve que solo lo pueden hacer las criaturas nocturnas y los crápulas. Gente de su cuerda, vaya.
Cada vez lo tenemos más claro: no llegan al altar. A Onieva no lo salva ni un milagro.