El drama parece no soltar a Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Tras un matrimonio rodeado de escándalos y especulaciones, la pareja enfrenta ahora una crisis que podría marcar un antes y un después en su relación: la imposibilidad de concebir un hijo. Aunque en público siguen mostrándose cómplices y enamorados, como se vio recientemente en la boda de Alonso Aznar, hijo menor de José María Aznar y Ana Botella, y la millonaria mexicana Renata Collado, en la Hacienda Sac Chich en Yucatán, México, la realidad puertas adentro es bien distinta. La desesperación por convertirse en padres ha desatado tensiones que, según fuentes cercanas, podrían terminar por separarlos.

Desde su boda, la marquesa de Griñón ha estado en el centro de la atención mediática, y el tema de la maternidad no ha dejado de acecharla. La presión de la prensa, el escrutinio público y las expectativas de su entorno han hecho que la ausencia de un embarazo sea un asunto cada vez más delicado. Pero lo que pocos saben es que, lejos de ser solo un capricho de la socialité, este sueño frustrado está comenzando a desgastar su matrimonio.

Íñigo Onieva, atrapado entre la frustración y la presión social

El empresario, siempre hermético sobre su vida privada, estaría sintiendo el peso de una situación que se vuelve cada vez más insostenible. Allegados aseguran que Íñigo Onieva se siente presionado no solo por Tamara, sino también por su entorno y la opinión pública, que constantemente especula sobre su paternidad. Los roces entre la pareja se han hecho más evidentes. Mientras Tamara intenta mantener una actitud positiva, asegurando que todo pasa por algo y que confía plenamente en "el plan de Dios", Íñigo prefiere evadir el tema y evitar discusiones que lo confronten con una realidad que ya empieza a superarlos. Sin embargo, la situación no es solo un problema de comunicación: según fuentes cercanas, la pareja ya habría intentado diferentes tratamientos sin éxito, lo que ha sumado un nuevo nivel de frustración a su relación.

Tamara Falcó descarta la adopción y se aferra a su sueño de ser madre biológica

Lejos de considerar alternativas como la adopción, la maternidad subrogada o la fecundación in vitro, Tamara Falcó se mantiene firme en su deseo de ser madre biológica de forma natural. En una reciente conversación con su círculo más íntimo, la marquesa confesó que no está dispuesta a renunciar a su sueño de experimentar el embarazo y la maternidad de la forma más tradicional posible.

Esta postura ha generado un nuevo punto de tensión con Íñigo, quien según algunos allegados, comienza a cuestionarse si la presión por ser padres es algo que realmente desea enfrentar en este momento de su vida. Aunque la pareja se muestra unida en eventos sociales, las versiones sobre crisis y discusiones a puerta cerrada cobran cada vez más fuerza. Lo que está claro es que Tamara Falcó e Íñigo Onieva están atravesando una de sus pruebas más difíciles. Si su amor es lo suficientemente fuerte para resistir esta tormenta, solo el tiempo lo dirá. Pero lo que muchos se preguntan es si la presión por la maternidad terminará siendo el golpe final a un matrimonio que, desde el principio, ha estado en el ojo del huracán.