En el intrincado mundo de la aristocracia y los negocios familiares, Tamara Falcó, marquesa de Griñón y estrella mediática, ha decidido enfocarse en su carrera pública, dejando atrás el legado empresarial de su padre, Carlos Falcó. Sin embargo, su hermana mayor, Xandra Falcó, ha tomado las riendas de las prestigiosas bodegas familiares, demostrando que la nobleza y los negocios pueden ir de la mano. ¿Quién es esta mujer que combina títulos nobiliarios, tragedias personales y un currículum impecable para mantener vivo el legado del marqués de Griñón?

Aunque Tamara es quien acapara titulares y flashes, Xandra ha sabido forjar su propio camino. Ostentando el título de marquesa de Mirabel, heredado de su abuela materna, esta empresaria ha demostrado ser mucho más que la hija de un noble. Desde muy joven, mostró interés por los negocios familiares, destacándose en el sector vitivinícola al liderar las bodegas Pagos de la Familia Marqués de Griñón.

Con estudios en instituciones prestigiosas como Oxford y la Sorbona, su formación la posiciona como una de las líderes más destacadas en su área. Sin embargo, el peso de los títulos nobiliarios no es lo único que la distingue. A diferencia de Tamara, Xandra ha mantenido un perfil más bajo, enfocándose en consolidar el imperio vinícola que su padre construyó con esmero. Su capacidad de gestión ha llevado a las bodegas a nuevos niveles de éxito, y su reciente lanzamiento del vino rosado XF Sierra Cantabria es testimonio de su compromiso con la excelencia.

Tragedias que marcaron su destino

Pero no todo ha sido vino y rosas para Xandra Falcó. Su vida ha estado marcada por dos pérdidas devastadoras en un corto periodo de tiempo. En 2020, en pleno apogeo de la pandemia, perdió a su padre, Carlos Falcó, quien falleció a causa del coronavirus. Esta pérdida dejó un vacío irreparable en la familia, especialmente en Xandra, quien siempre tuvo una relación muy cercana con él.

Ahora bien, como si el destino no hubiera sido ya lo suficientemente cruel, solo meses después, Xandra enfrentó otro golpe: la repentina muerte de su esposo, Jaime Carvajal Hoyos, marqués de Almodóvar del Río. A los 56 años, Jaime sufrió un fallo cardíaco, dejando a Xandra viuda y a cargo de sus tres hijas. Este doble duelo habría quebrado a cualquiera, pero Xandra encontró la fuerza para seguir adelante y honrar el legado de los dos hombres más importantes de su vida.

Un legado asegurado: por el vino, por la familia

A pesar de las adversidades, Xandra ha demostrado ser una mujer resiliente. Su trabajo en las bodegas familiares es su forma de rendir homenaje a su padre y mantener vivo su sueño. Con el apoyo de sus hijas, quienes la animaron a seguir adelante, Xandra ha conseguido transformar el dolor en motivación, logrando no solo preservar, sino también expandir el prestigio de los negocios Falcó. Mientras tanto, la hija de Isabel Preysler continúa brillando bajo los focos, dejando claro que cada miembro de la familia Falcó tiene su propio rol. Mientras una se centra en los flashes y los eventos sociales, la otra se sumerge en la gestión y el legado familiar. Dos caminos distintos, pero con un objetivo común: mantener viva la grandeza de los Falcó.