Hay pocas cosas más molestas que alguien te explique el final de tu serie favorita. Hacer spoilers, como se conoce en el argot, es un pecado venial que no tiene redención posible. Pero quizás no es tan grave como lo que acabamos de ver en redes sociales de la mano de Tamara Falcó y su novio, Íñigo Onieva. Los dos acaban de mandar a hacer gárgaras para siempre la iconografía de una de las producciones más famosas y seguidas por teleespectadores de todo el mundo: 'Juego de Tronos'. Todo a raíz de una celebración en la que los asistentes iban caracterizados como los personajes de la trama. Será difícil mirarla con los mismos ojos.

La relación entre la marquesa y su chico, rey de la noche madrileña según varias fuentes y medios de comunicación, es un cuento de hadas. Todo es maravilloso, superintenso, compenetradísimos, ideal de la vida. De hecho suenan campanas de boda en el paraíso, haciendo caso omiso a las filtraciones sobre las estrechas amistades femeninas de Onieva. Nada perturba a la hija de Isabel Preysler. De hecho, los obstáculos sólo añaden épica a su romance. Épica, como en 'Juego de Tronos'.

Tamara Falcó y su novio Íñigo Onieva / GTRES

Íñigo Onieva es el rey de la noche madrileña / Telecinco

Pues bien, Tamara e Íñigo han asistido durante el fin de semana a una fiesta de cumpleaños temática a Extremadura, basada en la popular serie de HBO. Todos los invitados iban disfrazados para la ocasión, y qué curioso, nuestra famosa pareja han birlado el protagonismo a la homenajeada. Nada de interpretar papeles secundarios: o los más guays o nos vamos a casa y os quedáis sin nuestra augusta presencia. Ella, Daenerys Targaryen, la madre de Dragones. Él, Jon Snow, héroe renacido y amante de la protagonista. Las comparaciones son odiosas, pero vaya, que para gustos...

Por si faltaba algún detalle estrafalario en la fiesta, incluso tenían un toro mecánico, que no tiene nada que ver con la temática pero es muy festivo. Y la casa es grande, con posibles. El espectáculo ha hecho las delicias de los amigos, seguidores y aduladores de Tamara, que salen como setas. Muchos de ellos hubieran dado un brazo, una pierna y algo más por estar con la de 'El Hormiguero' y sus compis. Incluso ser masticados por un dragón, si hiciera falta.

Si sois de los que os han estropeado el recuerdo de muchos años dedicados a la serie, no pasa nada. Somos unos cuantos. Y entre todos nos consolaremos.