Tamara Falcó está muy pero que muy liada con su boda del 8 de julio. Osssea, súper ajetreada. La tenemos en Nueva York recogiendo el vestido de novia de Carolina Herrera mientras acaba de decidir cómo sentará a los invitados del enlace. Mucha cosa. Tanta que no tiene tiempo para pensar en Íñigo Onieva, su futuro marido, ni en la policía nacional con la cual le habría sido infiel el año pasado. Sí, la del lavabo de la discoteca que "iba borrachilla", según sus propias palabras. Ni palabra al respecto, tampoco en 'El Hormiguero' de Pablo Motos. Quizás se lo reserva todo para su madre, con la que dormirá cada noche hasta el día del bodorrio. Un movimiento extraño; muy ultracatólico, casto y puro, a la vez que sospechoso. A ver si al final habrá gol en Las Gaunas y todo...
No crean, sin embargo, que son las únicas ocupaciones y preocupaciones de la marquesa en estos días decisivos. La Falcó es una máquina de facturar, alguien tiene que pagar el ritmo de vida de millonaria. Por ejemplo, la casa Tous. Los joyeros catalanes y la socialité colaboran en el diseño de joyería, y acabamos de presenciar el lanzamiento de dos piezas creadas por Tamara. Dos pulseras que no han pasado desapercibidas. ¿Por qué? Fácil. Porque son la antítesis de la originalidad. Un fiasco.
Tamara Falcó "diseña" dos joyas que de original no tienen absolutamente nada
"Joyas con sentido y alma", las describe la autora. Dice que son creaciones únicas inspiradas en su abuela Beba. Un toque sentimental para intentar vestir la irrelevancia hecha objeto. Una de ellas emula un rosario y tiene un cierre en forma de cruz cristiana con un osito característico de la firma al lado. El cóctel chirría y de qué manera. La descripción también: "Se la regalé cuando yo era una niña y ella la bañó en oro. Me la devolvió cuando llegó su momento de volver con Dios". La segunda, con pedrería, "es un clásico revisitado que ella siempre llevaba puesta y que también me dejó porque siempre le decía que me encantaba". Muy bien. La pregunta, obvia: ¿qué narices ha creado Tamara? ¿O solo pone el cazo para cobrar? Será eso.
La hija de la Preysler, triturada. La acusan hasta de indepe
Vamos al feedback, que no hará que ni Tami ni la firma catalana dé saltos de alegría. La enorme mayoría señala lo más evidente: parece una tomadura de pelo al oficio del diseño de joyas. "Tampoco te has herniado pensando en el diseño. Nada que no se encuentre en cualquier chino de barrio", "tengo una igual que la de las piedras de colores, tiene más de 20 años. De diseño poco", "más antiguo que el andar "palante"", "que pena das corazón"... Éxito. Ahora bien, hay un comentario de una seguidora que se merece la medalla de oro. O dos. Atención, la facha Tamara es indepe: "Yo no compro joyas de una empresa que apoya a los independentistas catalanes. En tu caso, todo por la pasta". Ay, mamá. La "indepe" Rosa Tous ha contestado, por cierto, a Tamara (no a la hater). Con corazones. Qué tendría que decir, claro.
Ridículo sobre ridículo. Tamara es incansable. Y ahora la boda. Festival asegurado.