La relación entre Tamara Falcó e Isabel Preysler atraviesa uno de sus peores momentos. La tensión entre madre e hija ha ido en aumento desde que Tamara decidió perdonar y casarse con Íñigo Onieva, pero la situación explotó en una fuerte discusión antes de Navidad. La pelea más grande que se recuerda en la familia Preysler dejó heridas que aún no se han cerrado y que han llevado a un evidente distanciamiento entre ambas. Tamara ha tomado una decisión clara: defender a su marido por encima de todo, mientras que Isabel sigue sin aceptar del todo a Íñigo. La socialité no olvida el escándalo de la infidelidad y considera que su hija merece algo mejor. Este enfrentamiento ha provocado que, en los últimos meses, la relación madre-hija se haya enfriado hasta límites insospechados.
Tamara se acerca a la familia de Íñigo y se aleja de la suya
Desde que se casó con Onieva, Tamara ha encontrado en la familia de su marido un refugio. Cada vez es más habitual verla compartir momentos con los Onieva, mientras que sus apariciones junto a Isabel Preysler han disminuido drásticamente. El distanciamiento con su madre se ha vuelto evidente en eventos familiares y sociales. Mientras Isabel sigue con su vida rodeada de glamour y exclusividad, Tamara apuesta por un entorno más cercano al de Íñigo, con el que parece sentirse más cómoda.
Una relación inmejorable con Carolina Molas, su nueva familia
Uno de los vínculos que más ha sorprendido en esta nueva etapa de Tamara es el que mantiene con su suegra, Carolina Molas. Lejos de la imagen de distanciamiento que parece tener con su propia madre, la marquesa de Griñón ha sido vista en múltiples ocasiones compartiendo planes con la madre de Íñigo Onieva, desde eventos públicos hasta citas privadas. Recientemente, las dos fueron fotografiadas yendo de compras juntas, mostrando una gran complicidad.
Además, este fin de semana, Tamara no faltó al cumpleaños de Carolina Molas, donde volvió a demostrar que su relación con la familia Onieva es más fuerte que nunca. Entre risas y gestos de cariño, quedó claro que Tamara ha encontrado en su suegra un verdadero apoyo en este momento de distanciamiento con Isabel Preysler. El círculo cercano de Preysler no oculta su preocupación. Isabel, acostumbrada a tener una relación estrecha con su hija, ve cómo Tamara marca distancias y se pregunta si esta crisis será pasajera o si el vínculo entre ambas ha cambiado para siempre. Todo indica que esta historia no ha llegado a su fin. ¿Habrá reconciliación o Tamara seguirá alejándose de su madre?