Tamara Falcó, de 43 años, no ha ocultado jamás su anhelo de ser madre junto a Íñigo Onieva, su esposo desde julio de 2023. Sin embargo, tras meses de intentos fallidos con tratamientos de fertilidad en Madrid, la hija de Isabel Preysler ha decidido dar un giro radical en su camino hacia la maternidad. “Mi madre está deseando que Íñigo y yo tengamos un hijo, y la madre de Íñigo también”, confesó recientemente, dejando claro el respaldo incondicional que tiene de ambas familias.
Ahora bien, a pesar de la emoción inicial, Tamara tomó la decisión de abandonar su tratamiento anterior al no obtener resultados positivos. Además, sus profundas creencias religiosas, que guían cada aspecto de su vida, le impiden recurrir a métodos como la fecundación in vitro y la gestación subrogada, que ofrecen mayores tasas de éxito. “Yo tengo mis creencias. Para mí son más limitadas las opciones", aseguró.
Un nuevo comienzo en Barcelona: ¿será esta la solución definitiva?
Fiel a sus principios, la marquesa de Griñón ha decidido someterse a un nuevo tratamiento en 2025 bajo la dirección de una especialista en Barcelona. Según Falcó, esta médica trabaja desde un enfoque holístico, respetando al máximo las creencias religiosas de sus pacientes. “Estoy viendo a una médico que lo está tratando todo desde el interior y me ha hablado de diferentes opciones dentro de mis valores morales”, declaró con entusiasmo. De hecho, en una de sus últimas apariciones públicas como embajadora del exclusivo salón Anara By Ana Lérida, Tamara mostró confianza en las posibilidades que este cambio podría traer. Aunque reconoce que el proceso ha sido complicado y frustrante, asegura que la esperanza no la ha abandonado. “La doctora me ha dado muchas esperanzas”, afirmó con determinación.
No pierde la fe: la resiliencia de Tamara Falcó ante los obstáculos
El camino hacia la maternidad no ha sido fácil para Tamara Falcó. Aunque ha intentado quedarse embarazada desde su luna de miel, admite que hasta ahora no ha funcionado nada. A pesar de ello, la marquesa de Griñón prefiere tomarse el proceso con filosofía y evitar que la presión afecte su relación con Íñigo Onieva. “Estamos deseándolo, pero también es verdad que hay ciertas cosas que si no pasan...”, reflexionó, sugiriendo que hará todo lo posible para quedar embarazada sin comprometer sus creencias, ya que confía en que todo está en manos de Dios.
Para la hija de Isabel Preysler, este nuevo tratamiento representa una nueva oportunidad de cumplir su sueño sin traicionar sus convicciones. No obstante, también ha aprendido a aceptar que la maternidad no siempre sigue los caminos tradicionales. Mientras sigue adelante en su esfuerzo por construir una familia, su actitud perseverante y su fe profunda se han convertido en pilares fundamentales. Con este nuevo tratamiento de fertilidad, la marquesa de Griñón busca demostrar que, aunque el camino sea largo y lleno de desafíos, no piensa rendirse en su búsqueda de felicidad junto a Íñigo Onieva. ¿Será este el año en que Tamara Falcó logre cumplir su sueño de ser madre? El tiempo lo dirá.