Tamara Falcó se casó hace más de un año con Íñigo Onieva y desde entonces tiene que soportar la misma pregunta y la persecución de las cámaras. La marquesa de Griñón atraviesa un momento complicado, sueña con ser madre, pero a pesar de los múltiples intentos no logra conseguirlo. Cuentan con el apoyo de toda la familia y no les falta dinero para probar todo tipo de técnicas, aunque la hija de Isabel Preysler quiere que sean los métodos más naturales posibles. Descarta la inseminación artificial. Se enfrentan a un problema de infertilidad, y aunque la edad de Tamara es ya preocupante, el problema podría radicar en el empresario de ocio nocturno.
Recientemente, Tamara e Íñigo asistieron a la boda de Alonso Aznar y Renata Collado, donde la marquesa deslumbró con un vestido de su propia colección, que aún no ha sido presentada al público. Sin embargo, detrás de la elegancia y el glamour, se esconde una lucha personal que ha marcado su vida en los últimos meses.
Tamara Falcó no quiere probar métodos artificiales por sus convicciones religiosas
A punto de cumplir 43 años, Tamara ha decidido abandonar el tratamiento de fertilidad que había estado siguiendo en Madrid desde antes de pasar por el altar, en julio de 2023. Aunque ha expresado su deseo de convertirse en madre, también ha admitido que hay "ciertas cosas que si no pasan… pues es que no son para nosotros y ya está". Esta reflexión revela la carga emocional que ha llevado consigo en su camino hacia la maternidad. Ella confía en Dios, y cree que si no es madre es porque él no ha querido. No es algo necesario para su felicidad.
La hija de Isabel Preysler ha manifestado que sus fuertes convicciones religiosas le impiden optar por tratamientos con mayores tasas de éxito, como la fecundación in vitro. "Para mí, las opciones son más limitadas", ha declarado, dejando claro que prefiere seguir un enfoque más conservador, a pesar de que esto pueda reducir sus posibilidades de embarazo.
Pese a la suspensión de su tratamiento en Madrid, Tamara no pierde la esperanza. En un reciente viaje a Barcelona, donde fue embajadora del exclusivo salón Anara By Ana Lérida, anunció que ha decidido cambiar de médico. Ahora, sigue las pautas de una facultativa en la ciudad condal, quien le ha ofrecido nuevas perspectivas dentro de sus valores morales. "La doctora me ha dado muchas esperanzas", afirmó.