Entre las muchas cosas de las que presume Tamara Falcó, una de ellas es la de chef. De las buenas. De la prestigiosa escuela Cordon Bleu, a la que llegó tras ganar el título de 'Masterchef Celebrity'. Una operación de marketing bien diseñada, la sigue rentabilizando con libros de recetas tramposillos y actings patrocinados, como el que ilustra la imagen. Pero vaya, no imaginen a la Falcó al frente de una cocina, trabajando como una profesional. Ella es una profesional en otros ámbitos, como el exhibicionismo, la exclusiva millonaria y el vacío envuelto en papel de regalo de tienda de lujo. Sudar, lo que se conoce como sudar, poco. Lo más cerca que ha estado del cansancio físico y mental ha sido provocado por su vida personal. El viacrucis sentimental y boda por lo civil o lo criminal con su flamante maridín, Íñigo Onieva.
Mes y medio, poco más o menos, es lo que el matrimonio ha pasado visitando Sudáfrica, Zambia y París de luna de miel. En esta última parada se vanagloriaron de un desayuno pantagruélico en uno de los mejores hoteles del mundo. Seguramente delicioso, pero sobre todo excesivo. En la Clínica Buchinger, donde pasó un par de semanas antes de la boda para poder entrar en el vestido de Carolina Herrera, recomiendan mucho este tipo de menú. Les da trabajo y dinerito.
Tamara Falcó, un mes y medio de luna de miel, pero ahora necesita vacaciones
Pues bien, que sepan que ahora resulta que necesita vacaciones. Descansar. Tiempo para desconectar, no sabemos si de Onieva o de todo el circo que han arrastrado durante meses. Vacaciones, sí. Suena a chiste, pero es lo que está pasando. Y ella no tiene inconveniente en explicarlo como si fuera la cosa más normal del mundo. El caso es que ya la tenemos en la costa de Cádiz, en Sotogrande, una urbanización de lujo para millonarios y algunos personajes de derecha heavymetal, como Ana Rosa Quintana o Santiago Abascal. Se encuentra bastante cerca del Peñón de Gibraltar, así pueden ladrar de vez en cuando. Tamara se sentirá entre (casi) iguales, seguro que sí.
La hija de la Preysler en el súper, Onieva desaparecido
Sotogrande es un destino tradicional de la hija de Isabel Preysler, lo conoce con creces. Es un ambiente muy familiar, y por eso allí activa el modo "persona normal", de las que van al bazar del todo a cien o, como es el caso, a comprar al supermercado. La aristócrata llenó la nevera a fondo, como acredita Informalia, donde encontramos una imagen de la socialité con un vestido blanco y negro muy veraniego y amplio, acompañada por un carro de la compra. La vemos sola, curioso, mientras llena la despensa a fondo. No tiene ayuda de cámara, tampoco la de su marido. Ha sido convertirse en marqués y ya actúa como tal. Vuelve a desaparecer.
¿Comprará marca blanca o solo primeras firmas? ¿Tendrá caprichos poco saludables? Esta carro es una joya muy golosa. Para chafardear, queremos decir.