Tamara Falcó no pensaba que se casaría tras cuarenta años sin pasar por el altar, con varias relaciones fallidas. De hecho, ella, siempre muy creyente, estuvo a punto de ingresar en un convento como novicia. La joven finalmente encontró su entretenimiento en la televisión. Participó por primera vez en un programa de televisión en ‘MasterChef Celebrity 4’, donde compitió con Félix Gómez por el premio, con rostros como Ana Obregón o Yolanda Ramos, entre otros. A partir de ese momento le llovieron las ofertas. Unos años más tarde sonó el teléfono de la hija de Isabel Preysler para ofrecerle su colaboración semanal en ‘El Hormiguero’.
La colaboradora encontró finalmente el amor en Íñigo Onieva, una persona que le fue infiel, pero decidió darle una segunda oportunidad. Se casaron en julio del año pasado, hace más de un año, y desde entonces están en la búsqueda activa de un bebé con el que formar una familia. Pero parece que esa ilusión de la marquesa de Griñón no llega. Tamara e Íñigo desean ser padres, pero la situación no es fácil. A la hija de Isabel Preysler le está costando quedarse embarazada a pesar de probar remedios revolucionarios, aunque siempre naturales. No quiere probar la inseminación artificial, ni tan siquiera piensa a día de hoy en la idea de adoptar. Si no se queda embarazada será porque Dios no ha querido.
Tamara Falcó no consigue quedarse embarazada
Es cierto que el tema le está sobrepasando un poco. En parte porque los medios de comunicación siempre le hacen la misma e insistente pregunta sobre su embarazo, y siempre da la misma respuesta. En alguna ocasión se ha creído que podría estar embarazada, pero finalmente es algo que no ha sucedido.
Tamara Falcó está probando todo tipo de técnicas y haciendo todo lo posible para quedarse embarazada. Pero no quiere forzar nada, si tiene que llegar, ya llegará. "Si se da, fenomenal. Si no, también es parte de mi camino", comentaba.
Ante las preguntas sobre la posibilidad de la maternidad, Tamara tiró de fe y recordó una historia bíblica que le inspira especialmente: "Santa Isabel se quedó embarazada a los 70 años, y su marido se rio. Cuando apareció el ángel, se quedó mudo", contaba con humor a los periodistas. Con ello quiere dejar claro que para ella la maternidad no es el único camino para la felicidad.
Respecto a la adopción, ni tan siquiera se lo plantea porque la edad máxima es 40, y ella ya tiene 43. Se empieza a ver en un callejón sin salida y reconoce que pasa días malos con todo este asunto.