Tamara, déjalo. El amor no es lo tuyo. Tienes el punto de mira más desviado que una escopeta de feria. Parece que ya ibas bien cuando quisiste dedicar tu vida a ser monja, guardando celibato y casándote con el Altísimo. Ya nos disculpará la marquesa Falcó que le hablemos con esta familiaridad, pero es lo que pasa cuando ves que alguien no va por el buen camino, que va directa al precipicio. Despierta empatía. También es verdad que después se te pasa, cuando del drama amoroso pasamos a la realidad del día a día; cuando vemos, oímos y leemos lo que hace y deja de hacer este personaje de la farándula española. A la hija de Isabel Preysler su novio y prometido durante unas horas, Íñigo Onieva, le salió rana. No quiso ver las señales del tamaño de vallas publicitarias y con luces halógenas que le decían: no es para ti, Tamara. Infiel, fiestero, mentiroso. Cayó del caballo cuando ya lo tenían todo para casarse, con aquel famoso vídeo de Ínigo morreando con una tercera en un festival de música. Ha pasado página, pero la que está escribiendo ahora tiene números para repetir un fiasco espectacular.
Resulta que Tamara vuelve a salir con un tipo, un empresario relativamente joven, con mucho dinero, mucho menos guapo que Onieva pero con quien tenía una relación estrecha. De hecho era amigo de Ínigo y de Tamara. Ahora solo de ella, claro: él le ha amenazado con "aplastarle la cabeza" cuando se enteró de lo que considera una traición: birlarle a la mujer que quería reconquistar. Se llama Hugo Arévalo. Un pijo más, muy conocido por la familia de ella, hay fotos con el "suegro" Vargas Llosa. Parece que la chispa surgió en la polémica, franquista y oscura boda a la que asistió en los Emiratos hace unas semanas, ambos eran invitados al enlace. También la acompañó en el famoso viaje a Lourdes. Y estaba presente, a su lado, el día que Falcó destapó la trampa de Onieva. Vaya, que Arévalo ha seguido la jugada de cerca, y cuando ha visto la oportunidad, ha atacado.
El vídeo de Hugo Arévalo perjudicado en un autobús en plena juerga
Parece que Tamara quería ir poco a poco con esta nueva aventura amorosa. Y que había escogido bien, que Hugo era el prototipo de yerno perfecto para Isabel Preysler. Encajaba su mundo de lujo, despreocupación, frivolidad y postureo. No decimos que no. Pero la perfección no es que no exista: es que cuando pones determinados listones, lo más seguro es que te pegues un tortazo como una catedral. Telecinco, de momento, ya le ha pinchado el globo, con un vídeo de Arévalo que habría podido firmar el propio Onieva. Desfasadísimo en un autobús de juerga, con la cara desencajada, haciendo el indio. O mejor dicho, haciendo el pato Donald. Carlos Latre, te ha salido competencia, qué imitación. Friki, muy friki. Parece un Pocholo de bazar de todo a cien.
Isabel Preysler le ha hecho la cruz al sustituto de Ínigo Onieva
Tamara seguro que lo ha visto perjudicadillo en alguna ocasión, no le pillará de nuevas. Pero verlo expuesto a toda la audiencia del país seguro que le ha hecho recordar su ex. El chico tenía defectos, pero en carisma y otros aspecto, Íñigo goleaba a Hugo. Dicen que incluso Isabel Preysler frunce el ceño cuando le hablan de él, por este vídeo y por los rumores que estaría compaginando a su hija con otro rollete. Telecinco insinúa que el tipo ha visto en Tamara su trampolín a una posición social más elevada, porque de dinero va sobrado. Un aprovechado. Y un viva la vida. Tamara será buena anunciante baldosas, pero buscando al hombre de su particular vida, es un peligro.
El show de Arévalo ha empezado. El apellido pesa mucho, ya se sabe.