Este martes, 23 de abril, suponemos que Jordi Cruz celebrará su santo y una Diada tan maravillosa como esta con mucho amor, rodeado de su familia. Un amor que unas horas antes brillaba por su ausencia en el plató de Masterchef, donde más que una rosa y un libro, hubo espinas, muchas espinas, en forma de una de las rajadas más sinceras y demoledoras que se recuerdan por parte de una concursante que, dicho sea de paso, está dando mucha vidilla a esta nueva edición protagonizada por concursantes anónimos. Hablamos de Tamara.
Esta mujer rusa que vive en Barcelona, con un hijo, consultora financiera, antes dedicada al mundo del fitness, amante de la naturaleza, siempre ha pregonado que la familia es el pilar fundamental de su vida. De la familia de Masterchef no dice tantos elogios. Este lunes, como cada semana, hubo nuevo programa del talent culinario de TVE, con nueva expulsión. Sorprendentemente, no fue ella la escogida. Y eso que minutos antes de la deliberación final dejó el ambiente cargado. Antes de empezar la prueba de expulsión, vestida con un delantal negro, se quedó a gusto. Vaya si se quedó a gusto.
Consultada sobre cocinar en la prueba de eliminación, empezó diciendo que "me gusta más estar abajo que arriba". A Pepe Rodríguez le sentó como un tiro y le reprochó que ojalá en su trabajo no se tome las cosas de la misma manera. Y ella, ofendida, no se calló la boca: “No necesito que metas las finanzas en este caso. Me incomoda que Pepe ponga un ejemplo de cómo trato a mis clientes, comparándolo con la capitanía de una persona. Te estás metiendo en terreno pantanoso y no voy a dejar ni voy a permitir que me hables así delante de millones de personas”. Bum. En toda la cara del chef y jurado, que se quedó alucinado y echándole en cara, si piensa así que "¿Y qué haces aquí?" en un concurso como este. Respuesta: “Para vivir la experiencia. No me dedicaría a la cocina ni loca. Ni loca montaría un restaurante, porque es un trabajo muy duro y son muchísimas horas. Yo tengo un marido, un hijo y una vida que vale muchísimo más que dejarme la vida en un restaurante. Ahora, otro modelo de negocio que esté relacionado con la hostelería, sí, y buscaría a los mejores chefs, los mejores proveedores y a las mejores personas”.
El resto de aspirantes, fastidiados y hablando de los que se han quedado fuera y bla, bla, bla... Y toma la palabra Jordi Cruz, con una evidente cara de vinagre y de pocos amigos, muy molesto por la sinceridad de la aspirante: “En estos 12 años que llevo haciendo ‘MasterChef’ es la declaración de intenciones más negativa que he escuchado. Estás hablando con Pepe. Si estás hablando conmigo estarías saliendo por la puerta. Me ofende lo que estás diciendo. Mucha gente ha querido entrar, la gente lucha por estar aquí y formamos chefs. La gestión es importante, pero aquí no nos dedicamos a eso. Creo que has respondido a lo loco y sin pensar demasiado”... ¿Y qué ha dicho ella, poniendo la guinda final, en las entrevistas fuera de cocinas?: ""Estoy mejor fuera que dentro. Me considero una mujer super afortunada. Tengo una casa maravillosa, un marido comprensivo y que me consiente en todo. No me gusta rodearme de cerdos, y no sé que hago aquí aguantando tonterías”...
Por favor, que Tamara se quede muchos programas más.