No importa ser una de las grandes estrellas mundiales del pop. Haber batido récords de venta de discos y descargas en Internet, ser multimillonaria con 29 años, acumular relaciones con actores, dj's y celebrities en general. Ni siquiera ser una de las artistas más queridas. Todo se puede ir a hacer puñetas de un momento a otro, si las fuerzas oscuras se alían contra ti. La hipótesis es real como la vida misma. Bien, como la vida de una diva del pop como Taylor Swift, que ha sido víctima de una jugada maestra de su peor enemigo: Scooter Braun, el mánager de artistas como Justin Bieber, Ariana Grande o Kanye West, y que acaba de adquirir el catálogo musical de la artista por 300 millones de dólares. "Triste y asqueada", lamenta. Su legado musical, en manos de su némesis. Más que némesis, un acosador: "Me hizo bullying cuando tocaba fondos y ahora es el dueño de toda mi música".
Scooter Braun ha comprado la productora Big Machine Records, donde la cantante empezó su carrera y con la que estuvo ligada durante muchos años, hasta noviembre de 2018. Por lo tanto, el mánager es ahora el propietario de su colección, y la podrá gestionar en el futuro. "Música que escribí en el suelo de mi dormitorio, vídeos que pagué con el dinero que ganaba en bares y clubs".
La transacción quedaba cerrada gracias a la traición del antiguo responsable del sello, que sabía de la espantosa relación entre Swift y Braun: Una guerra sucia en la que participa "la creme de la creme" del showbussines: Kanye West, Kim Kardashian y Justin Bieber participaron en episodios de acoso orquestados por el mánager: canciones que le llamaban 'puta', grabaciones manipuladas, publicaciones en redes y videoclips pornográficos con la cara de la afectada. Bieber, que empezó su carrera bajo el ala protectora de la princesa del country reconvertida en reina del pop, ha reaccionado en redes y ha añadido gasolina al incendio: "Estás cruzando la línea"
La guerra en el Olimpo de las estrellas de la música promete muchos más episodios y nuevas revelaciones sobre las cloacas de los las listas de éxitos. La cantante de Pensilvania tardará en digerir la afrenta, y no es de las que se calla, aunque acabe su demoledor tuit aliviada porque su futuro profesional sí que queda en sus manos. Y eso, en el caso de Swift, es mucho. Aunque es su pasado el que la catapultó a la fama absoluta.