En el mundo del entretenimiento, hay figuras femeninas que destacan con luz propia. Son mujeres con grandes patrimonios, alcance mediático, impacto en la sociedad y esferas de influencia que son difíciles de equiparar. Estas han sido algunas de las características en las que se ha destacado Taylor Swift, compartiendo el podio con las poderosas: Oprah Winfrey, Kim Kardashian y Rihanna. Pero, a diferencia de ellas, su carrera avanza sin patrocinadores y los resultados son impactantes.
Cuando se habla de mujeres que tienen gran fortuna dentro de la industria y la cultura pop del momento, el nombre de Oprah Winfrey, Kim Kardashian y Rihanna sale a relucir de inmediato. Sin embargo, Taylor Swift no es ajena a este listado de milmillonarias. Fue el pasado octubre que Forbes la incluyó en la lista de las mujeres más adineradas, por un valor neto de 1100 millones de dólares (988 millones de euros). Aunque esa cifra ha aumentado en estos meses y podría, sin lugar a dudas, alcanzar a sus antecesoras en la mencionada clasificación.
De acuerdo con el medio especializado, su patrimonio abarca cerca de 600 millones (539 millones de euros) obtenidos por regalías y ganancias de sus giras, un catálogo musical que está valorado en 600 millones (539 millones de euros) y 125 millones (112 millones de euros) en propiedades. Pese a ser unas cantidades extraordinarias, lo más impresionante es cómo ha llegado a amasar esta suma sin patrocinadores.
La ventaja de Taylor Swift sobre Oprah Winfrey, Kim Kardashian y Rihanna, sin ayuda de marcas
Concretamente, la última actualización de Forbes sobre las mujeres de Estados Unidos que se han hecho a sí mismas con mayor fortuna es sorprendente. Winfrey con 3000 millones (2696 millones de euros), Kardashian acumula 1700 millones (1528 millones de euros), Rihanna con 1400 millones (1258 millones de euros) y Swift con 1300 millones (1168 millones de euros). La salvedad la hacemos sobre que, esta última, es rica por una sola actividad: la música.
¿Cómo cambió su situación tan drásticamente? Antes era una artista prometedora, con mucho dinero a sus pies, ciertamente, y en los últimos años consiguió un impulso más que significativo. Todo se debe al movimiento de Scooter Braun cuando adquirió su antigua discográfica, Big Machine Records, y los másteres de sus primeros álbumes por 300 millones de dólares (269 millones de euros) en 2019. Tras sufrir una horrible decepción y rehacer su música, comenzó una nueva etapa motivada por la autonomía total.
“Si no acepta anuncios es porque no lo necesita. No requiere ampliar su negocio con otras iniciativas porque, ahora mismo, no hay ninguna marca más grande y reconocida que la marca Taylor Swift”, explicó la escritora Yeray S. Iborra a El País. Así que, sin alianzas ni acuerdos comerciales con otros, recuperó el control total de sus operaciones y su imagen. The Eras Tour está a pocos meses de sobrepasar la barrera de los 2000 millones de dólares (1797 millones de euros) y se convertirá en la gira mejor remunerada de la historia.
Este ha sido el año de Taylor Swift, que ya está en la misma posición que Oprah Winfrey, Kim Kardashian y Rihanna. Y sus éxitos continuarán, pues, probablemente, se convertirá en la figura dominante de la próxima década.