Mañana movidita la que ha tenido Ana Rosa Quintana este viernes. No porque hayan hablado mucho rato sobre la denuncia a su colaborador, Eduardo Inda, por acoso a los hijos de Iglesias y Montero. Sobre esta cuestión, silencio. AR, sin embargo, ha vuelto a entrevistar a dos personas que tienen el pase VIP en el programa, Santiago Abascal e Inés Arrimadas.
Al primero lo volverán a ver dentro de cuatro días en el plató, es innegable el buen rollo que le provoca el líder ultra y como le baila el agua. Con la segunda, quién sabe qué pasará. Porque la artista antes conocida como amigui de Ana Rosa parece que ya no tiene el beneplácito de la presentadora. Porque Ana Rosa está enfadada con Ciudadanos, y se le nota. La periodista está molesta con el partido naranja después del movimiento político de presentar una moción de censura para echar al PP en Murcia. ¿Y quien ha pagado los platos rotos? Arrimadas, una persona a quien antes llenaba de flores y elogios, y que ahora ha hecho salir la Quintana más enojada.
¿La gota que ha hecho colmar el vaso de la paciencia de la periodista? Cuando la líder de Cs ha osado criticar a Isabel Díaz Ayuso, a quien AR ha defendido todavía más que a Arrimadas. "En dos años volvemos a tener elecciones. La irresponsabilidad (de Ayuso) es tremenda", decía Arrimadas en conexión con dúplex. Y la presentadora la corta ipso facto para decir que el hecho de que se hayan adelantado elecciones en la comunidad de Madrid no es culpa suya. Ana Rosa, capa de defensora de las causas perdidas, replicando a Arrimadas: "No puede decir que la culpa es de Ayuso, la mecha la enciende Murcia". Puedes verlo cliqueando en la foto:
Una Arrimadas a quien ayer ya empezó a peinar:
Ana Rosa atiza sin piedad a Arrimadas tras la "puñalada" de Ciudadanos al PP: "Son junto a UPyD el club de los poetas muertos pic.twitter.com/Z7fOEE5nl3
— TVMASPI (@sebas_maspons) March 11, 2021
Y claro está, parte del público del programa ha alucinado que después del crispado encontronazo con la líder de Cs, cuando después ha aparecido Abascal, el tono fuera radicalmente opuesto, tanto, que sólo faltaban violines sonando de fondo:
Cosas de la política... O de Ana Rosa.