El Caso Rocío Carrasco no da tregua en Telecinco ni por Semana Santa. A falta de 'Sálvame' o del 'Deluxe', el programa 'Viva la Vida' de Emma García ha cogido las riendas de la polémica serie documental. Allí tienen en nómina a las principales defensoras de la hija de la Jurado en su guerra contra Antonio David Flores: el clan Campos. Terelu, Carmen Borrego y Alejandra Rubio conocen bien a Carrasco y Fidel Albiac, y el testimonio televisado de maltrato no las ha cogido por sorpresa. El espacio rema a favor de obra, dedicando buena parte de su tiempo a hundir todavía más la imagen pública del exguardia civil, acusándolo de manipular a los hijos de la discordia: Rocío, la mayor (24) y mediática, y David, el pequeño (22) y menos conocido por razones obvias.
Uno de los puntos calientes de la historia es que Rocío Carrasco cortó la relación con ambos y nunca ha querido volver a tener contacto con ellos. En el caso de la hija, con un turbio episodio de agresión por medio cuando tenía 15 años. David, de rebote, tampoco habla con ella. Nadie se explica realmente el por qué, pero Terelu dice que entiende los motivos. No busquen demasiado: habla de Antonio David, claro. Los ha alienados. Rocío Flores ya es mayorcita y ha posicionado claramente a través de fotografías; David no. Es más vulnerable y frágil por la discapacidad que sufre, el síndrome de Angelman, y poco se sabe de cómo está viviendo este calvario. Hasta este pasado sábado, cuando el simulacro de periodista José Antonio Avilés revelaba una conversación con el joven que rompió a Terelu, que abandonaba el plató llorando: "te llama tita Terelu". El detalle la conmovió de forma fulminante. Su hermana Carmen salió al quite y explicó su reacción: "queremos muchísimo a David y hace muchos años que no le vemos"
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Rociíto ha abierto la caja de los truenos y lo que nadie puede negar es que los grandes damnificados han sido los hijos del matrimonio. Se han quedado sin madre y todo hace pensar que también perderán al padre. La guerra es cruenta y no ha hecho más que empezar.