Antonio García Ferreras no convence ni a su mujer. Ana Pastor dice que ella no tendría a Inda, no conoce a Villarejo y no habría publicado la falsa noticia que Pablo Iglesias tenía una cuenta en el Caribe. Más consecuencias del tsunami, del escándalo de connivencia entre el director de La Sexta Ferreras, Eduardo Inda, el comisario Villarejo y los jefes de Atresmedia con Mauricio Caslas al frente. Todos haciendo y deshaciendo para publicar fake news para perjudicar los que ellos consideran enemigos de España: Podemos y los independentistas.

Antonio G. Ferreras / La Sexta

Las penosas explicaciones de Ferreras del escándalo no convencieron a nadie. Mantiene Eduardo Inda, rey de las fake news en La Sexta y por eso algunos tertulianos han dicho basta. La vergüenza de los tertulianos catalanes que iban al programa para blanquear Al rojo vivo no ha ido seguido de ninguna dimisión. Siguen Enric Juliana, Estefanía Molina y compañía. Ni uno solo ha dicho públicamente que no volverá. Sólo lo ha hecho un periodista gallego del medio El Salto de Madrid. Habitual colaborador de Ferreras a sueldo del programa, renuncia al dinero y a la visibilidad que le da la TV a su pequeño medio. Pero marcha con total dignidad. Es Yago Álvarez.

Yago Álvarez / La Sexta

Su medio ha publicado un hilo de twitter imprescindible que se enorgullece el periodismo pequeño y hace caer la cara de vergüenza a los que siguen yendo a una tertulia fake. Atentos al hilo de twitter donde explican por qué Yago Álvarez ya no seguirá a Al rojo vivo. Lo han decidido en asamblea porque Ferreras publica mentiras, fake news: "Nos indigna la posibilidad de que se publiquen fake news con conciencia de que lo son, que no se rectifique, que no se pida perdón y que se mantenga como colaborador al emisor de esos bulos, Eduardo Inda. No queremos ser partícipes de eso".

Ana Pastor y Antonio García Ferreras - FLickr

Una colaboración a Al rojo vivo, que ronda los 300 euros, suponía 150 euros para el tertuliano que daba la otra mitad, 150 euros, para el mantenimiento de su diario, El Salto, de dónde era jefe de Economía. Un dinero y un altavoz que pierden por dignidad con el periodismo y por vergüenza y asco contra Ferreras. Cliquen El Salto. Y esperen que Ferreras pida perdón.