Dos cantantes se disputan el título de la más famosa de su país, México. También el de las más excéntricas y chaladas: Paulina Rubio y Thalia. Son superestrellas internacionales y no pasan por su mejor momento artístico. En el terreno personal tampoco están demasiado centradas, aunque mientras que Rubio avergüenza pasada de vueltas, Thalia hace reír. Sus vídeos son célebres: aquel "me oyen, me escuchan, me sienten" forma parte de la imaginación popular de internautas de diferentes generaciones.
Thalia es una influencer con 17 millones de seguidores, que esperan sus vídeos con impaciencia e interés. Sobre todo porque son sinónimos de desenfreno y absurdo. Como ha pasado durante una visita a una granja: la cantante parecía no haber visto un animal en su vida, como demostró hace tiempo con unas pobres ranas. Gallinas y cabras han sufrido sus gritos enloquecidos, mientras huían poseídas de la persecución de la azteca. Ni la querían oír, ni escuchar, ni mucho menos sentir. Normal.
Rebelión en la granja. Thalia es un peligro: animal al que se acerca, animal que acaba estampado en su vestido.