Queda mucho para abrir el testamento de Tita Thyssen. La baronesa catalana vivirá muchos años a la vista de cómo lleva los 80. No hay ninguna celebrity en Catalunya ni en España tan bien conservada, con tanta energía y a quien luzcan mejor los 1300 millones de euros que ha acumulado de patrimonio personal. Una cifra que la hace una de las personas más ricas del país, sumando lo que heredó de su marido, el barón Thyssen, y su buen ojo para comprar pinturas e inmuebles. Su colección privada de arte es de las más importantes del mundo, y en parte la tiene prestada al Ministerio de Cultura que paga una buena cifra por el alquiler. Tiene casas por todas partes, entre Barcelona, Madrid, Suiza, Sant Feliu de Guíxols y Andorra. Hay mucho a repartir, cuando toque, pero ahora son más a repartir. Borja Thyssen, hijo de Manolo Segura, fue adoptado por el barón y tiene su apellido Thyssen. El primogénito tiene previsto, según LOC, largarse a vivir a Miami coincidiendo con la mayoría de edad de sus hermanas Carmen y Sabina, las gemelas que Tita hizo engendrar por vientre de alquiler en Los Ángeles hace 18 años con material genético, que se especula si era de Borja, del barón o de Manolo Segura.
Las gemelas no tienen el apellido Cervera ni Segura sino Thyssen, cosa bastante indicativa de quién es su padre biológico. Más interesante que el pasado, quiné las engendró, es su futuro: qué parte de la herencia les corresponde. Borja está nervioso porque algunos interpretan que Tita Thyssen ha cambiado el testamento para favorecer a Carmen, su hija formada en dirección de empresas. Sabina será artista pero Carmen es una mente privilegiada. Podría ser la heredera universal, la que se llevara la mayoría de los 1300 millones y dejar a Borja solo la parte que por ley le toca, la legítima, que en Catalunya es poco: una cuarta parte de la herencia (en este caso 300 millones) a repartir entre los tres hijos. Por lo tanto, a Borja le quedarían solo unos 100 millones. Borja ha estado siempre visto por su madre como un títere en manos de su esposa, Blanca Cuesta. Es normal que tema cualquier cambio en las últimas voluntades de su madre. No hay nada seguro porque el testamento se puede cambiar, pero la pequeña Carmen de 18 años vive con Tita Thyssen en Andorra, es educada, lista y de momento no ha dado a la baronesa un yerno problemático. Tita va haciendo, va preparando su legado y está haciendo movimientos para convertir su inmenso patrimonio en dinero. Vendió un cuadro de Constable por 28 millones de euros y ahora ha vendido otra joya al chatarrero Luismi.
Según LOC, "Diez minutos trae una amplia serie de fotos en las que vemos a Luismi Rodríguez, de Desguaces Latorre, saliendo de una marisquería con Tita Thyssen. El abrazo de despedida de Luismi a Tita oscila entre el koala y la pitón. Ni un milímetro de aire entre los dos. Dicen que se conocen desde hace muchos años, y si no ha pasado nada entre ellos, milagro será. Pero el motivo del encuentro era de tipo comercial y dentro del ámbito objetual. Luismi le ha comprado su Rolls-Royce plateado, una preciosidad, por 600.000 euros. Una pieza rutilante para el museo del coche, basado en su imponente colección, que lleva años queriendo abrir en Parla". Tita se vende el Rolls que le regaló el barón Thyssen antes de morir y engorda en 600 mil euros más (100 millones de pesetas) la herencia de sus tres hijos. Ojo que la heredera universal no sea Carmen, y Borja el primogénito, l'hereu, lo que se quede es con un palmo de narices.