Tomàs Molina es la persona de TV3 que sale en más programas. No sólo el suyo, El temps, líder de audiencia desde que existe TV3, sino todos los otros que lo llaman. Ahora que todavía no hace vacaciones, se guarda mejor horario y abandona el TN vespre y sale al TN migdia. Es la mega-estrella de la cadena y donde no llega él va su imitador de Polònia.
¿Que hace falta un imitador de Miguel Bosé cantando Superman? Allí va Molina. ¿Que hay que hacer un Mask singer en Celebrem nuevo programa de TV3 con VIP escondido? Se apunta Tomàs Molina. ¿Que hay que hacer de invitado en cualquier concurso, juego, apuesta o acertijo tipo El gran dictado VIP, La partida VIP o Atrápame si puedes VIP? Molina el primer sí. Molina, en la mesa, en la cama y en pantalla, al primer grito.
Molina se sabe querido y cuelga en Instagram imágenes de todo para sus 80 mil seguidores, canta, baile, se disfraza, bebe en porrón. Sólo evita imágenes familiares de la mujer o los tres hijos. EN Blau sí que mostró su hijo mayor Pol que se sacaba el carnet de conducir al programa Matriculats. El hijo parecía más sobrio que el padre. Juego de equilibrios.
Molina es el meteorólogo que permite hacer una noticia sobre él que se hable de meteorología ni enseñar una sola foto con los mapas del tiempo. Tiene gracia, y lo sabe. Así que ha sido el encargado de hacer un post con TV3 semi-vacía.
Ya que todos los presentadores de la cadena hacen vacaciones, excepto cuatro gatos como Raquel Sans, Cristina Riba o Molina, el meteorólogo enseña no playas de la Costa Brava o Menorca sino TV3. Y la cadena hace como tantas empresas, ahora que está vacía, aprovecha para hacer obras de reforma:
En TV3 hay tres grandes edificios: el CPA, Centro de Producción de audiovisuales donde se hacen los programas de entretenimiento como Tot es mou, Està passant o Planta baixa. Al final de la rampa. Y abajo hay un nuevo edificio adosado con despachos pero la gran sede es el CEI, el Centro de Emisión de Informativos.
En la planta baja del CEI está la redacción de los Telenotícies y han quedado cuatro periodistas al fondo, saludando en la cámara del Molina. Entre escaleras de pintor y cajas de cartón de una mudanza. Él no se puede privar y tiene que salir a las fotos, barriendo, recogiendo y haciendo el postureo. Grandioso Molina.
Fuera de su escenario, el plató del tiempo, es todavía más showman. No se reprime, escoba entre las piernas como una bruja voladora, traje de TN con mascarilla en espacios cerrados y haciendo posturas. Todo en orden.
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¿Y como es Molina en la intimidad de su casa? ¿También hace el show sin cámaras? Hay una confesión suya fabulosa: la mujer y los tres hijos lo hacen callar cuándo escuchan El teps explicado por otro compañero, como Enric Agut o Eloi Cordomí.
Si se piensan que su mujer y los 3 hijos están hartos de chubascos, borrascas u olas de calor, se equivocan. Como en todas las casas, máxima atención. La única distracción es el mismo Molina, al que tienen que tapar la boca: "en mi casa, me hacen callar para ver el tiempo"!.
Seguramente quiere ampliar la información en exclusiva para su audiencia más fiel. Pero no: la atracción del espacio es tan fuerte que incluso Molina les molesta. Y se lo tienen que exigir, con afecto y determinación, que calle. ¡Que están haciendo el tiempo, hombre!