10 después de la final del mundial de Catar, hay quien todavía no se ha recuperado del impacto de ver a la Argentina de Leo Messi levantando la Copa del Mundo. Por ejemplo los millones de aficionados de la albiceleste, que han celebrado con una euforia desmadrada el tercer título de su historia. O los propios jugadores y cuerpo técnico de la selección sudamericana, que han alargado la fiesta todo lo que han podido y más. Estos, sin embargo, ya empiezan a bajar de revoluciones, porque tienen que volver a sus clubs y a sus compromisos profesionales. Hay una tercera categoría de seres que tampoco han digerido del todo el resultado del estadio Lusail: son los periodistas deportivos o, mejor dicho, los periodistas anti Messi. Los españoles sobre todo. La imagen del mito azulgrana con el trofeo les hizo reventar el cerebro.
Mención especial, como siempre, para el subdirector del diario As, uno de los favoritos de los merengones más exaltados. Es la biblia del antibarcelonismo: viven mucho más preocupados de zurrar al equipo catalán que de celebrar sus éxitos. Una obsesión, la de la barcelonitis. Roncero no tiene solución, es incorregible, tozudo, temperamental... y tiene un problema añadido: las gafas madridistas le hacen percibir la realidad de forma delirante. Muestras recientes son sus predicciones sobre lo que pasaría en Catar o el lamento sobre uno de los dos goles que Messi le marcó a Francia en la final. "Es ilegal", sollozaba, alegando que los suplentes argentinos habían invadido una zona del campo cuando el '10' remataba la jugada del 3-2. Muy bien, vaya vista. No la tuvo, sin embargo, cuándo los franceses hacían lo mismo durante el partido en un par de ocasiones. Cosas de la miopía blanca.
Tomás Roncero provoca al Barça con Lewandowski y la derrota más dolorosa
Pues bien, he aquí que ha llegado el 28 de diciembre y Tomás se ha visto con ánimo y ganas de inocentadas. Está bien, cada uno se entretiene con lo que puede. El día de los Santos Inocentes ha activado uno de los mecanismos clásicos del personaje: la provocación. ¿A quién? Al Barça, a los culés, a la familia azulgrana. Cuelga una fotografía de la histórica derrota del F.C.Barcelona en aquellos cuartos de final de Champions de 2020 en Lisboa, el 2-8 contra el Bayern de Munich que todavía es fuente de pesadillas entre la afición. Roncero se saca de la manga una escena con Lewandowski, flamante fichaje culé, celebrando uno de los goles ante un Ter Stegen hundido. "Feliz Barça-Bayern de diciembre", escribe. Bien, ya saben en qué ha ocupado el tiempo estos días de Navidad: haciendo trabajos manuales con el Paint de Windows... o brilándole el trabajo a algún internauta. Bravo, vaya genio.
Paliza monumental al periodista merengón, le caen palos por todos lados
El problema de Roncero es que sus carcajadas han quedado amortiguadas por la avalancha de respuestas que está recibiendo en sentido inverso. Bien, podríamos hablar de una paliza histórica, como la de la foto. El de Ciudad Real recibe por todos lados, y cada sopapo lo empequeñece 5 centímetros más hasta dejarlo como un enano microscópico vestido con la camiseta del Real Madrid. Si él celebra el 28 de diciembre, los culés lo hacemos el 26 de cada mes. No solo por Sant Esteve, no. Es por el 2-6 que el Barça de Guardiola, Messi, Xavi e Iniesta le metió al Madrid en su campo en 2009. También le recuerdan las imágenes de los tres cracks azulgranas con la Copa del Mundo, cosa que en su Madrid no pasa. O escenas de Messi icónicas, como el "qué mirá bobo, anda pa' allá" que se ha hecho tan famoso. Mbappé, grandes desastres blancos... Hay decenas y decenas de zascas, imposible recopilarlos todos. Da pena y todo.
Roncero, un monigote muy blanco. Que ría, que ría. Más dura será la caída.