La convocatoria de elecciones al Parlament de Catalunya del 12 de mayo y el anuncio de la vuelta del presidente en el exilio, Carles Puigdemont, gracias a la ley de amnistía aprobada por el Congreso de los Diputados español, nos ha transportado a una nueva pantalla del videojuego de la política. El nivel de complejidad aumenta, y muy probablemente la conflictividad y el juego sucio por parte de los de siempre: el españolismo más exaltado. Recursos, campañas, soflamas, mentiras y ataques. La misma receta. Y un buen ejemplo lo tronamos en una entidad que, supuestamente, lidera al españolismo en Catalunya fuera de la política pura. Su nombre es más falso que un billete de 4 euros: Sociedad Cívica Catalana.
La organización se ha convertido, desde hace un tiempo, en una especie de tanqueta que dispara sin sentido artillería burda, indignando, a menudo censurada incluso por las plataformas virtuales. Vaya, que al presidente le han cerrado la cuenta por pasarse de la raya. Fue una de las cimas de su carrera al frente de SCC, muy focalizada en la batalla de las redes. Una cronología y unas respuestas que pueden ser cualquier cosa, menos dignas de una sociedad cívica, y todavía menos catalana. Si fuera catalanofóbica, todavía. De momento no tenemos constancia de cambios en su nomenclatura. No perdamos la esperanza.
El caso es que el señor presidente de la organización se ha quedado bien despachado tras firmar un tuit ofensivo contra la lengua catalana, y por extensión contra los millones de catalanohablantes que la utilizan. Quizás, incluso, tiene socios de su entidad entre aquellos a quienes ha catalogado de la siguiente manera: "Saber catalán es como saber mover las orejas. No sirve para nada, pero como haces gracia a algunos freakies (sic), es un factor a considerar. Pero no le demos más importancia de la que tiene..." ¿Cuántas cosas pasan por la cabeza, verdad? A nosotros también. Pero dejaremos que sean las propias redes sociales las que le respondan.
Entre la avalancha de comentarios que ha suscitado esta provocación pública y recurrente, nos detenemos en un actor muy estimado en Catalunya, enormemente significado con la causa catalana y que, además, tiene una capacidad para repartir bofetadas fuera de serie. Toni Albà no se calla ni una y no escatima en vehemencia. "De momento me sirve para cagarme en el Franco que te cagó..." Escatológico, sí. Pero es que la cosa va de boñigas. Y la primera fue el tuit original del conviviente cívico catalanófobo. Como hace a menudo, por otra parte. Es marca de la casa.