El flamante director de la nueva "Oficina del Español", Toni Cantó, se ha estrenado en el 'chiringuito' por la puerta grande. Desde que Ayuso premiara su genuflexión constante y tozuda con un cargo de 75.000 euros al año, se ha propuesto demostrar que cada céntimo de dinero público ha sido invertido de forma extraordinaria. ¿Eso qué quiere decir? ¿Que el idioma español saldrá ganando? No, ni mucho menos. Nos referimos a que el valenciano se está dedicando a la propaganda españolista rancia, sectaria y penosa. Y mira que en el currículum del trotamundos de la política encontramos hitos que creíamos insuperables, pero Cantó hace bueno aquel eslogan de una marca deportiva: "Impossible is nothing". Perdón, lo diremos en cristiano, no sea que le desmontemos el tenderete: "Nada se imposible".
Después de lloriquear en 'El Español' con la fábula de "no puedo trabajar en Catalunya por hacer teatro en español" y de recibir hasta el carnet de identidad, no baja el ritmo y sigue escupiendo al enemigo catalán. Ahora, contra otra de sus obsesiones, herencia de su paso por el partido de Albert Rivera, Inés Arrimadas o Sonia Sierra: TV3.
El motivo del ramalazo de furia del exactor, expolítico y ahora enchufado en la administración, ha sido un gag del programa 'Bricoheroes', que ya emite su segunda temporada. Jair Dominguez y Peyu han vuelto a la carga con este show irreverente y mordaz. Un humor no apto para determinados marcos mentales, el de aquellos que se victimizan a la primera de cambio mientras que con la otra mano zurran, reprimen y humillan en nombre de la patria. Sí, la broma de la pareja es provocadora: hablan de una escuadra de hierro, con la que se podría hacer mucho daño si te la tiran a la cabeza. Jair le pone picante a la cosa, poniendo como sujeto pasivo a la Guardia Civil. Y Peyu amplía la ironía: "dice un guardia civil porque tiene la piel más fina. Enseguida les salen morados". Dominguez también moja pan: "son delicados. No son caricaturistas". Humor ácido y que tiene su parte de razón. No hay que explicarlo demasiado, todos sabemos qué ha pasa en este estado desde hace años. El madrileño asimilado ha replicado a su estilo: "TV3, la televisión del odio". Lo dice él, todo un 'oso amoroso'. Y Peyu le ha propinado un zasca volviendo al punto de partida, la famosa frase de "no puedo trabajar en Catalunya". El de Muntanyola, hombre de teatro, le hace probar su medicina: "Yo no puedo actuar España por hacer teatro en catalán".
La salud del español le importa un rábano, a Toni. Lo que quería era un altavoz público para continuar la cruzada contra Catalunya. Una farsa. Una más.