'¡Han cantado bingo!'. Toni Cantó está de enhorabuena. Se lo rifan. Se le acumula el trabajo. Después de su salida a la brava de Ciudadanos y de su incorporación al PP de Isabel Díaz Ayuso, el currículum del exactor reconvertido en político no para de crecer. Su última aventura es bien conocida: director de la Oficina del Español de la Comunidad de Madrid, un cargo creado a medida para el valenciano y en el que puede llevar a cabo lo que mejor sabe hacer: desatar su ultranacionalismo españolista y su aversión contra el catalán, y pasarse el día escribiendo tuits. Eso sin olvidar el sueldo de galáctico que le pagan los contribuyentes madrileños: 75.000 euros al año para conseguir que Madrid sea la capital del castellano en el mundo. Sí, cierto: no hacen falta más comentarios al respecto. Un 'chollo' con todas las letras.
La carrera de Toni, sin embargo, no ha hecho más que despegar como un cohete. Y esta misma tarde hemos conocido que, a partir de ahora, será un hombre pluriempleado. Todo gracias a uno de sus mejores amigos en el planeta, y al que ha echado de menos cada día desde que dimitió como líder del partido naranja: Albert Rivera. Su salida de la formación a raíz de la debacle electoral en 2019 fue un golpe durísimo para su guardia pretoriana, y el detonante de una estampida generalizada.
A Rivera no le ha ido mal fuera de la política: tardó muy poco en conseguir su primer trabajo con cara y ojos, entrando en el despacho de abogados Martínez-Echeverría (y Rivera). También presentó un libro de memorias políticas que fue masacrado por las redes y la crítica, y recientemente conocimos su último proyecto: director de un máster de liderazgo político en el Centro de Enseñanza Superior Cardenal Cisneros. Un curso dedicado a formar a los líderes del futuro con una nómina de profesores que deja de piedra: Mario Vargas Llosa, Alberto Ruiz Gallardón, Josep Piqué... Sideral. Pero Albert sabía que le faltaba un fichaje al estilo Mbappé, y ha conseguido lo que Florentino no ha podido hacer. ¿Llevar al francés al posgrado? No, hombre, no. Lo que ha hecho ha sido incorporar a Toni Cantó como docente del curso, especializado en las áreas de oratoria y comunicación. El propio protagonista ha sido el encargado de hacer pública la noticia, provocando un seísmo en las redes sociales.
El ecosistema internauta ha colapsado, literalmente. Demasiado bueno para ser verdad. Las respuestas se amontonan cada minuto que pasa, casi todas cachondeándose de su aptitud como profesor, comunicador y líder. Opiniones como estas.
A partir de ahora, ya lo saben: cuando se dirijan a Toni Cantó, que sepan que hablan con un maestro venerable, un pozo de sabiduría, un ejemplo para las generaciones venideras. Albert y Toni cabalgan de nuevo.